Martes, 09 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNCiberresiliencia, hay que decirlo más
  • Buscar
Javier Medina Munuera

Ciberresiliencia, hay que decirlo más

 

Ciberseguridad es una palabra que está de moda. Más de 79 millones de resultados en Google. Todos hablan de ella, todos la quieren, todos la necesitan. 


Sin embargo, pocos se plantean que ciberseguridad es una palabra que descansa, o que por interés hemos hecho descansar, como el mago que desvía la atención, sobre la idea, un mero truco, de que podemos aspirar a prevenir la totalidad de los riesgos, de que podemos blindar nuestros sistemas, nuestros datos, nuestra identidad y de que, por tanto, podemos vivir tranquilos en ese lugar que hemos llamado ciberespacio. Es una ilusión. 


La realidad, la que nos golpea insidiosa, es que los ciberataques son cada vez más frecuentes, más sofisticados y más dañinos. La realidad es que los delincuentes han descubierto que el mundo digital es un terreno fértil para el lucro, el chantaje y el espionaje. 

La realidad es que la ciberseguridad, enfocada comercialmente en la prevención, no es suficiente. Nunca lo fue y, ahora, menos.

Ciberresiliencia es la palabra que debería estar de moda. Pero escasamente produce 100.000 resultados en Google. Pocos hablan de ella. Es una palabra que, incluso, produce rechazo. Se le puede achacar ser poco atractiva, venderse mal, quizás porque aceptar la necesidad de ciberresiliencia es aceptar nuestra propia vulnerabilidad.

Es despojarse de la careta de la perfección y gritarle al mundo que no somos infalibles, que el hecho de que nos ataquen no es una posibilidad, sino una certeza. No podremos blindar completamente nuestros sistemas, nuestros datos y nuestra identidad. No podremos vivir tranquilos y relajados en el ficticio país de la piruleta.

Sin embargo, esto no debería ser una derrota. 

 

[Img #4717]



Ciberresiliencia es entender y comprender que, además de en prevenir, que siempre es y debe ser lo primero, de forma imperativa debemos ir más allá y esforzarnos en detectar los ataques, en reaccionar adecuadamente para evitar desastres e, incluso, en construir estrategias para recuperarnos de las mayores catástrofes. Podemos y debemos adaptarnos a un entorno cambiante, aprender de los incidentes y mejorar con la experiencia. La ciberresiliencia es el camino.

Si hacemos un simil, quizá algo burdo, quizá todos los son, bien sabemos que la salud hay que cuidarla, que hay que prevenir las enfermedades. Pero también sabemos que no podemos evitar enfermar, que hay muchos patógenos y que además evolucionan, mutan y que tarde o temprano nos atacarán y enfermaremos.

Sin embargo, a nadie se le ocurre fiar su salud a llevar mascarilla y lavarse mucho las manos. Por eso, cuando enfermamos, con la mayor naturalidad, acudimos al médico o, incluso, a urgencias. Nos hacen pruebas diagnósticas, aplican medidas para contener y erradicar la enfermedad o, llegado el extremo, técnicas de reanimación. Y, cuando nos recuperamos, nos prescriben unas pautas, nos hacen revisiones y seguiento, nos vacunan o nos piden cambiar nuestra dieta para adaptarla a las nuevas necesidades. 

Debería ser evidente que no se trata solo de prevenir, sino también de detectar, reaccionar, recuperar, aprender y mejorar. No se trata solo ciberseguridad, sino de ciberresiliencia.

 

Javier Medina

Publicidad

X
Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.