“El sol no da cáncer”
Al parecer hay un creciente y preocupante corriente de influencers que para conseguir más seguidores y likes están dispuestos a todo, con tal de conseguir ‘impacto’ y dinero.
En principio, no debería preocupar en exceso, siempre que no atañe un grave riesgo para la salud.
Decir que la tierra es plana por ejemplo, a fin y a cuentas no pone a nadie en peligro. Cosa distinta es cuando la afirmación categórica, es sobre un tema de salud cuyo consejo puede implicar un grave problema sanitario e incluso la muerte.
La cuestión es que hace unos días me metí en esa ‘jungla’ de las redes sociales para comprobar (o mejor dicho sufrir) en primera persona la cancelación de varios influencers, por simplemente argumentar algo tan sencillo como que: "la exposición prolongada y continua al sol, especialmente, en horas de alta intensidad y sin ningún tipo de protección es una de las causas principales de cáncer de piel".
A parte de los insultos recibidos gratuitamente por ellos y su comunidad (cuyo comportamiento está más cerca de las sectas, que de la comunidad), los argumentos aportados eran que mi afirmación no era cierta porque en primer lugar no existe ningún estudio científico del sol directamente, ya que el sol no se puede replicar en un laboratorio al tener distintas frecuencias a lo largo del día, y distintas latitudes en diferentes partes del planeta, teniendo así distintos efectos en la piel. Según ellos, esto ya invalida todos los estudios científicos que vinculan cáncer de piel y sol.
Segundo argumento, las personas con melanoma tienen niveles bajos de vitamina D y eso no es posible ya que han tomado exceso de sol, sus valores deberían ser elevado, así que el cáncer de piel es debido a tener la vitamina D baja, siendo esta su causa y no el sol.
Tercer argumento, las cremas solares son las causantes de cáncer de piel por todos los químicos que llevan, desarrollan más cáncer los que más las usan, como pasa en Australia y EE UU.
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La realidad es que todas estas afirmaciones son simples sesgos, argumentos simplistas y medias verdades…
Empecemos. Normalmente, no es el sol lo que se estudia, si no a los pacientes con cáncer de piel. Como ya sucedió en su día con el tabaco, no se estudió al tabaco en sí (al menos al principio), si no los pacientes con cáncer de pulmón y sus hábitos. Al ver la epidemiología y la incidencia de casos comunes, es cuando surgen las hipótesis que luego con el tiempo y con más estudios (ahora ya sí en laboratorios) se acaban corroborando.
En el caso de las frecuencias de sol, en ningún estudio publicado se pretende replicar todas las frecuencias del sol a la vez y en todas partes del mundo (sería muy complicado hacer eso), es por ello que se seleccionan las frecuencias más agresivas a las que estamos expuestos para estudiar el efecto concreto que produce sobre las células de la piel, por ejemplo las ultravioleta A y B.
Por lo que, esta metodología de análisis no invalida en ningún caso, la relación entre el sol y el daño progresivo en la piel. Es más, conocemos qué efectos tiene cada frecuencia del sol sobre la piel, precisamente porque se han estudiado de forma aislada.
Segundo contraargumento. El melanoma es la consecuencia de un daño solar severo prolongado en el ADN de la células cutáneas especialmente en fototipos de piel muy clara (con poca protección natural per se). Este daño es acumulativo a diferencia de los niveles de vitamina D, por lo que puede pasar perfectamente, que una persona en su juventud esté años tomando el sol sin protección y en ese momento tenga altos niveles de vitamina D (vitamina que se sintetiza con la exposición solar), pero que años después se haya concienciado sobre la importancia de la protección solar, disminuyendo en exceso sus valores de vitamina D, y posteriormente le hayan diagnosticado un melanoma. Por lo que, nos podemos encontrar personas con melanoma y buenos niveles de vitamina D o con bajos niveles dependiendo del estilo de vida que han llevado y el que tienen ahora.
Un claro ejemplo lo tenemos fácilmente en nuestro país, con toda una generación actual que pasó su juventud expuesta al sol sin conocer los daños que producía en la piel y sin tener la posibilidad de usar protector solar, ya que hasta los años ochenta no llegaron los primeros fotoprotectores.
Tercer contraargumento, que Australia tenga tantos casos de cáncer se debe a la delgada capa de ozono que tienen (que afortunadamente se está recuperando) y a que las personas que viven, la mayoría, no son nativas. Este mismo fenómeno se observa en otros países como Nueva Zelanda y Sudáfrica. Es más, desde que usan fotoprotector y realizan grandes campañas de concienciación, ha disminuido su incidencia.
Cosa distinta sucede con EE UU y países del norte de Europa, los cuales en los últimos años han aumentado preocupantemente un 80%, debido a la utilización de métodos artificiales de bronceado (cabinas con rayos UVA), a la tendencia social a ‘lucir una piel bronceada’ como símbolo de belleza, y también a la falta de concienciación y percepción en países nórdicos, especialmente cuando se práctica deportes de nieve o senderismo.
![[Img #4866]](https://elnuevodigitalmurcia.es/upload/images/05_2024/4262_cancer-2.jpg)
No obstante, debo decir que sí es cierto que algunos fotoprotectores están formados por sustancias químicas que no son todo lo saludables que nos gustarían. De hecho hay moléculas que tienen la capacidad de ejercer un efecto desregulador sobre el sistema endocrino y sobre la vida de los ecosistemas marinos. Pero no todas las marcas las tienen en su composición, además de que cada vez se intentan fórmulas mejores y más respetuosas con los seres vivos. En cualquier caso siempre tendríamos otras opciones como los fotoprotectores físicos, que son los que se aplican en menores de tres años.
Como podrán comprender, el bloqueo y eliminación de mis comentarios en las redes sociales (no vaya a ser que alguien le dé por cuestionar), se produjo cuando los ‘argumentos’ de los influencers se acababan. Prefiero no citar a las cuentas, más que nada para no darles una publicidad que no se merecen, pero ustedes, aquí y ahora ya tienen las herramientas para cuando esas afirmaciones les lleguen.
Quiero mencionar, que todas las culturas que han vivido y viven en países con alta radiación solar, saben aspectos básicos como: no deben exponerse al sol en horas de alta intensidad, y, además, si lo hacen, tienen que proteger su piel con una vestimenta que les cubra todo el cuerpo, a pesar de contar con un color de piel más oscuro.
Una vez más, amigos, la respuesta la encontramos en el pasado, el sentido de común y en cientos de años de evolución. No nos los carguemos.
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