¿Y ahora qué?
Volvemos a redescubrir esas sensaciones, unas vibraciones de momentos, de otra realidad transfigurada, que requiere una presencia en nuestro presente. De un olvidado pasado cargado de esperanza, que el tiempo ha ocultado en una fotografía vintage de color sepia, pero que busca con ansia la eternidad. Es una metamorfosis que pensábamos olvidada, pero un acto desconocido nos desvela otro significado. Frágil. Fluye en nuestra memoria como si hubiera sido ayer, cargado de respuestas que nunca se dieron.
Esos rasgos desdibujados, intensos, entre una niebla de amnesia, que aguardan una mirada de límpida desnudez, brillante. Se va despejando ya de soledad y abandono. Cae el velo de la distancia y la melancolía, aliviados de resurgir en nuestro recuerdo.
Siempre es un trato volver, pero los oscuros pensamientos nos remueven una y otra vez, como un impulso que no cesa, como una pantalla sin película, lanzando viejos y oxidados fotogramas que no acertamos a comprender. Nos acechan y nos asustan, como sombras vacilantes desconocidas en la noche oscura.
"Déjà vu”
Son experiencias de vivencias de un tiempo pasado.
Indefinibles algunas veces son los segundos que se sienten una eternidad, pero que percibimos con claros momentos de realidad. Instantes de imágenes paranormales que revelan un suceso ya predicho en el tiempo.
Algo nos sobrecoge pensando en la eternidad finita y en nuestro interior se abren puertas, gestos, miradas, que cuentan nuestra historia, sin saber los rodeos que tendremos que realizar. Indecisos tal vez, perdidos, devolvemos a la razón, con una aturdida mirada, lo que pensamos que es nuestra realidad.
Pero el anti mundo nos tiene atrapados ya, y admiramos el reflejo de nuestra sombra sin comprender que vagamos cautivos y ya formamos parte de él. Sublime ausencia de este otro mundo paralelo.
¿Quizás huela a naftalina?
Invadidos por una tristeza que no sentimos de un olvido que no recordamos, nos balanceamos ingrávidos en la niebla de lo desconocido, bajo unos destellos que quieren iluminar este camino.
Nos acercamos a ver los reflejos en los ojos que nos miran, incrédulos, reconociéndose en otra sonrisa simultánea.
Linkedin: Manuel Menárguez