Viernes, 12 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNLa idea, la chispa
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José Antonio Onsurbe

La idea, la chispa

 

Inmersos en plena campaña de la renta, cualquier pensante, consciente de los tramos del impuesto en los que se basa la supuesta progresividad del principal mecanismo recaudatorio de nuestro Estado podría pensar, no sin motivo, que “¡vaya tela!”, parece que algún ejército de iluminados servidores públicos quiera castigar a quienes crean valor, tanto a trabajadores por cuenta propia como ajena. Nuestro sistema actual, a través de su estructura fiscal, tiende a penalizar el emprendimiento tanto dentro como fuera de las organizaciones. Debería existir un amplio debate sobre cómo nuestro país trata al sector emprendedor en este y otros aspectos, un tema que sin duda merecerá un análisis detallado y comparativo en otra ocasión. Hoy, sin embargo, quiero centrarme en un aspecto fundamental del emprendimiento: la idea.

 

En el vasto universo del emprendimiento, donde las estrellas son empresas de todos los tamaños y las galaxias son mercados en constante cambio y expansión, existe un elemento fundamental sin el cual la vida empresarial no podría comenzar: la idea. Esa chispa inicial que, en las condiciones adecuadas, tiene el potencial de convertirse en un fuego ardiente, impulsando innovaciones y transformando industrias y vidas.

 

Steve Jobs, un icono de la innovación y el emprendimiento, dijo una vez: "Tu trabajo va a llenar gran parte de tu vida, y la única manera de estar realmente satisfecho es hacer lo que crees que es un gran trabajo. Y la única manera de hacer un gran trabajo es amar lo que haces". Yo no soy tan radical y me conformo con pensar que el primer paso para cualquier empresa exitosa es una idea que nos apasione, que nos motive a levantarnos cada mañana y enfrentar los desafíos que se nos presenten.

 

Pero Jose (sic) ¿de dónde surge la chispa?

 

Las ideas surgen de cualquier parte, pero siempre comienzan con la observación. Observar un problema personal, como lo hizo Sara Blakely cuando inventó Spanx - diseñados para comprimir y dar forma a diferentes áreas del cuerpo- buscando una solución a su propia necesidad, o identificar una tendencia de mercado emergente que nadie más ha visto. La clave está en mantenerse curioso, abierto y siempre cuestionando cómo las cosas pueden ser mejores, diferentes o más eficientes -aquí es donde también encajan los intraemprendedores-.

 

 

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¿Y cómo pasamos de la chispa a la llama? Aquí entra en juego la acción. Como dijo Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn: "El emprendimiento es lanzarse de un acantilado y ensamblar un avión en el camino hacia abajo". No basta con tener una idea; debes tener el coraje de dar el salto hacia su realización, incluso cuando no tienes todas las piezas.

 

Ok, tengo una idea ¿y ahora?

 

Pues toca validarla. Una vez que la chispa se ha encendido, el siguiente paso crítico es validar esa idea. Aquí, la investigación de mercado, la creación de un MVP (Producto Mínimo Viable) y el feedback de los clientes iniciales son esenciales. Este proceso no es solo una confirmación de que tu idea tiene potencial; es una oportunidad para afinar y ajustar, asegurándote de que lo que construyes conecta con tus futuros usuarios o clientes -otro día hablaremos de los principales errores en los que cualquier emprendedor puede incurrir aquí-.

 

 

Mantén la llama viva

 

Ya sabemos los constantes altibajos que un mar embravecido puede provocar. Mantener viva la llama de tu idea frente a los desafíos requiere una mezcla de perseverancia, flexibilidad y algo de humor. Podemos recordar la anécdota de un emprendedor cuya primera presentación a inversores fue un desastre; al hacer la demostración de su aplicación de delivery, accidentalmente pidió 100 pizzas. Lejos de venirse abajo, utilizó el momento para enfatizar la eficacia de su servicio y alimentar muy bien, de paso, a sus futuros inversores.

 

El impacto de la idea

 

¿Más allá de la rentabilidad y el éxito empresarial, tu idea tiene el potencial de impactar positivamente en la sociedad?. Emprender con un propósito puede elevar tu motivación y, al mismo tiempo, contribuir a soluciones significativas para problemas globales. Como Oprah Winfrey sabiamente observó: "Crea la más alta, más grandiosa visión posible para tu vida, porque te conviertes en lo que crees". Tu idea, por pequeña o grande que sea, puede ser el comienzo de algo que cambie el mundo.

 

Una última reflexión y una cita, la idea es sin duda, la chispa que puede encender el fuego del emprendimiento. Pero recuerda, una chispa por sí sola no basta; se necesita combustible, oxígeno y la dedicación incansable de un emprendedor dispuesto a soplar hasta que esa chispa se convierta en una poderosa y sostenible llama.  Y como dijo Jim Rohn “Si realmente quieres hacer algo, encontrarás la forma y si no, encontrará una excusa.

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