
Repsol se mantiene en números en positivos, pero menos. Durante el primer trimestre del año obtuvo un resultado neto de 969 millones de euros que es un 12,9% menos que en el mismo periodo de 2023. La compañía lo atribuye a la caída del precio del gas y a la reducción de los márgenes en el refino de petróleo.
En la presentación de resultados enviada hoy a la Comisión Nacional de Mercado de Valores, la energética destaca el inicio de la producción a gran escala de combustibles renovables en su nueva planta de Cartagena.
En cuanto a su deuda neta, al cierre del primer trimestre se situó en 3.901 millones de euros, frente a los 2.096 millones del cierre de 2023. Este incremento se debe a las inversiones. Por su parte, la liquidez alcanzó los 10.332 millones de euros, lo que supone 2,85 veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo.
En cuanto a inversiones, Repsol destinó entre enero y marzo 2.129 millones de euros. En el periodo 24-27, la compañía prevé invertir entre 16.000 y 19.000 millones de euros netos: un 60% dedicado a la Península Ibérica y más de un 35% a proyectos bajos en carbono.
Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, se ha mostrado optimista y afirma que la compañía continúa evolucionando en las distintas áreas de negocios, con una oferta de multienergía en España, “avanzando con hechos tangibles en la descarbonización e invirtiendo de forma rentable para garantizar el futuro de la industria y el empleo”.