Viernes, 12 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNMi robot y yo, ¿la pareja perfecta?
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Eva Pérez

Mi robot y yo, ¿la pareja perfecta?

 

Si les dijera que ya existe, aunque sea un prototipo, un robot de metal líquido que logra atravesar los barrotes como en la película ‘Terminator 2’, pues pasen y vean… 

 

¿Robots y humanos conviviendo? Pues parece que cada vez van a estar más presentes en nuestras vidas. Según los analistas, se estima que, en el año 2035, el sector de los robots humanoides (robots con forma de seres humanos), será una industria que superará a la del automóvil, convirtiéndose en el gran boom tecnológico del futuro.

 

Si buscamos en la filmoteca, encontramos películas como, ‘Ex Machina’, ‘Elysium’ y ‘El Hombre Bicentenario’, que nos ofrecen una ventana a un futuro con grandes avances en el ámbito de la salud, donde la tecnología y las personas conviven a diario, pero que a su vez  nos plantea nuevos desafíos sobre el mundo de la robótica y la inteligencia artificial, mostrando cómo la creación de robots con capacidades comparables o superiores a las humanas, la superinteligencia artificial (ASI), puede llevar a dilemas éticos y legales.

 

Entonces, ¿por qué integrar robots en el sector de la salud?, pues la situación actual nos muestra robots que trabajan con uniformidad, que generan una productividad constante, que son higiénicos, que pueden adaptarse a trabajar en cualquier escenario, que se pueden reprogramar para nuevas tareas en caso necesario, que asumen tareas repetitivas dando espacio y tiempo al talento de los profesionales sanitarios y finalmente, que están interconectados con el resto de herramientas tecnológicas, optimizando la trazabilidad de los datos y de los sistemas.

 

Por otro lado, La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos alerta de que en 2030, según sus proyecciones, se estima que habrá un déficit de 18 millones de trabajadores sanitarios, la mayoría de ellos en países de ingresos bajos, ante lo que algunos sistemas sanitarios plantean  los robots como un posible apoyo para este gran problema, especialmente en la automatización de muchas tareas sanitarias donde se podría llegar a ahorrar entre el 20% y el 80% del tiempo dedicado a funciones repetitivas y rutinarias de los trabajadores del sector, de acuerdo con un estudio de McKinsey & Company.

 

[Img #4817]Actualmente, el uso de robots en salud avanza a una velocidad vertiginosa destacando tres grandes ámbitos de aplicación de la robótica en este campo, el quirúrgico (cirugía robótica), como conocemos ya el robot Da Vinci, el rehabilitador/protésico y el asistencial o de cuidados, siendo uno de los beneficios más destacados de estos robots, su capacidad para brindar compañía a aquellos que se sienten solos o tienen dificultades para movilizarse.

 

Los robots pueden entablar conversaciones, reproducir música, contar historias, detectar caídas y enviar alertas a los familiares o servicios de emergencia e incluso, recordar la toma de medicamentos u otras rutinas importantes. Además, algunos modelos pueden monitorear constantemente la salud de los usuarios, ámbito prioritario, dados los retos que plantea, entre otros, el envejecimiento de la población.

 

Uno de los casos más curiosos son los robots afectivos, basados en la inteligencia artificial y emocional, siendo su objetivo ayudar a los usuarios a combatir la soledad y que puedan expresar sus emociones a través de chatbot o robots conversacionales, siendo uno de los modelos más populares para el cuidado de personas mayores el robot Pepper.

 

En una iniciativa pionera, el proyecto conocido como EIAROB, la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Valladolid (UVa) está desarrollando una serie de robots diseñados para brindar autonomía a personas mayores y dependientes en sus hogares, o encontramos también a Robic, el robot que mejora la calidad de vida y las terapias de las personas con diversidad funcional.

 

En este contexto, no podía faltar el concepto de ‘cobots’, co-robot o robots colaborativos, que son robots creados para interactuar físicamente con humanos en un entorno colaborativo de trabajo, ¿trabajar mano a mano con robots? podemos encontrar noticias extraordinarias como el proyecto de la ONG India Aurolab, que ha ayudado a prevenir la ceguera en más de 130 países. La organización incorporó siete robots colaborativos UR en su proceso de producción de kits contra las cataratas y gracias a estos cobots, Aurolab experimentó un aumento del 15% en la producción, lo que equivale a más de dos millones de lentes por año.

 

Y, actualmente, ¿cuáles son los robots más avanzados del mundo?, pues encontramos los modelos: KANSEI, TOPIO 3.0., ASIMO, ATLAS, SOPHIA y AMECA, siendo este último catalogado como el ‘robot humanoide’ más avanzado del mundo en el Mobile World Congress de 2024, especialmente por su versatilidad y adaptabilidad, lo que se diría ‘un fuera de serie’.

 

Para finalizar, les presento algo increíble, robots más pequeños que el ancho de un cabello, pues si creíamos que lo habíamos visto todo, esta innovación supera la realidad con creces, son los nanorobots, robots minúsculos que podrían llevar la medicina personalizada el siguiente nivel ‘.  Imaginemos que nos introducen en el cuerpo pequeñas máquinas que pueden recopilar y procesar datos utilizando energía externa, y tienen la capacidad de poder navegar por nuestro organismo con una precisión excepcional, detectando y tratando enfermedades, transportando medicamentos o incluso ayudando a realizar cirugías directamente dentro de nuestro organismo, un nuevo paradigma que busca la integración de sensores, nanotecnología, inteligencia artificial,  Big Data y la robótica.

 

En fin, pues parece que la realidad de un mundo compartido con robots, ofrece un panorama repleto de posibilidades innovadoras para mejorar la atención en salud y la calidad de vida. Sin embargo, estas ventajas vienen acompañadas de desafíos éticos y sociales significativos. En última instancia, mientras más podamos colaborar con la tecnología de manera que respete y potencie nuestra humanidad, más cerca estaremos de formar la pareja perfecta con nuestros compañeros robóticos, sin olvidar, una de las tres leyes de la robotica: ‘un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño’.

 

Queridos lectores, esto es solo el principio. Veremos que nos depara el futuro…

 

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