
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha comparecido esta mañana en el Congreso de los Diputados para presentar los informes anuales de la entidad reguladora en 2023 y 2022, este último no presentado el pasado año por la convocatoria electoral. Hernández de Cos ha destacado cómo la economía española avanza a un ritmo por encima de lo previsto, con un nivel de PIB superior en un 3% previo a la pandemia. E incluso un 3,7% en el primer trimestre del año frente al 3,4% en el caso del área del euro. No obstante, ha subrayado que en términos per cápita, el PIB se situaba en España apenas un 0,3% por encima de su nivel de finales de 2019 -“en un contexto de elevados flujos de inmigración en los dos últimos años”-, en contraste con lo observado en la eurozona, donde el PIB per cápita se encontraba un 2% por encima de su nivel previo a la pandemia.
Hace hincapié el gobernador del Banco de España que ha sido el elevado dinamismo del gasto de los hogares -apoyado por la fortaleza en la creación de empleo en un contexto de retrocesos en la productividad-, del consumo público y de la demanda externa los principales soportes del crecimiento del PIB, mientras que la inversión empresarial mostró una "notable atonía". Los elevados ritmos de avance de los servicios vinculados al turismo explicaron en torno a la mitad del crecimiento de 2023.
Precisamente ha sido el comportamiento del sector turístico lo que ha supuesto la mayor “sorpresa”, en palabras de Hernández de Cos, quien alerta, no obstante, de que la economía española reducirá su crecimiento al 1,9 % en 2024 y 2025 y al 1,7 % en 2026.
Este freno al crecimiento vendría dado por la debilidad de la inversión y “el pobre desempeño de la productividad, así como el agotamiento de algunos vientos de cola que han impulsado recientemente el crecimiento”.
Pone deberes al Gobierno y lanza avisos sobre los costes laborales
Durante su intervención también ha lanzado un aviso al Gobierno, señalando que el alto déficit público y la elevada deuda obligarán a cumplir las nuevas reglas fiscales europeas que requerirán la implementación de un plan de consolidación fiscal que permita una corrección gradual de estos desequilibrios. “El cumplimiento estricto de las reglas europeas es fundamental para reducir esta vulnerabilidad de la economía española, si bien el impacto de dicho plan de ajuste acarrearía, previsiblemente, un grado de dinamismo de la actividad menor del esperado. “Un efecto que se podría amortiguar con una composición del ajuste que favorezca el crecimiento potencial de la economía y su acompañamiento con un paquete de reformas estructurales ambiciosas y las inversiones necesarias para mejorar la capacidad de crecimiento —respaldadas por la plena implementación del programa NGEU (Fondos Next Generation)”—.
Y avisa también sobre que los costes laborales están representando un elevado crecimiento, a pesar de que se mantiene un repunte moderado en los salarios negociados (en línea con las recomendaciones fijadas en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva). Esto se debe a que en los últimos trimestres la remuneración por asalariado en la economía de mercado ha venido registrando aumentos superiores a los incrementos salariales pactados en convenio. Este crecimiento de la remuneración, en un entorno de incremento de los costes laborales no salariales (por ejemplo, cotizaciones sociales) y débil comportamiento de la productividad, ha generado aumentos de los costes laborales unitarios por encima de los observados en el resto de la eurozona desde el inicio de la pandemia, lo que podría acabar afectando a la competitividad-precio de las empresas españolas.