
Diez meses ha tardado el antiguo ministerio de Consumo, ahora integrado en el de Derechos Sociales y Agenda 2030, en resolver los primeros expedientes sancionadores a varias aerolíneas lowcost por el cobro de sobrecostes por el equipaje de mano transportado en cabina.
La propuesta es imponer una sanción de 150 millones de euros a las españolas Volotea y Vueling (del grupo IAG); la irlandesa Ryanair y la inglesa easyJet.
Además de por el cobro de sobrecostes por el equipaje, los instructores han ampliado la investigación a otros servicios por el que también las aerolíneas incrementan los precios del billete, como son la reserva del asiento contiguo a otro pasajero en el caso de menores o personas dependientes.
Consumo recuerda que estas compañías realizan campañas muy agresivas con precios aparentemente “muy competitivos”, lo que las convierte en las preferidas por los viajeros frente a otras compañías ‘tradicionales’. El ‘engaño’ estaría en que el precio inicialmente ofertado en la publicidad no se corresponde con el que acaba pagando el consumidor al no incluir los costes de servicios que otras aerolíneas ya incluyen en sus precios.
Otra inflación detectada es que las cuatro compañías sancionadas no permiten en los aeropuertos el pago en metálico de estos ‘servicios adicionales’.
El órgano gubernamental apunta a cuatro prácticas. La más sancionada es el cobro por llevar equipaje de mano a bordo de la cabina del avión, así como por tener que abonar la selección de asiento.
La resolución de Consumo denuncia la "falta de transparencia en la información contractual", al no ofrecer de primeras el precio final y dificultar la comparación de ofertas. E incluye una sanción específica para la irlandesa Ryanair por cobrar hasta 20 euros a los pasajeros que reclaman su billete en papel.