
La jara de Cartagena respira aliviada. Las acciones de recuperación que investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena han realizado desde 2017 han permitido que la especie haya pasado de contar con apenas cinco individuos a que existan a día de hoy más de 800 plantas en once núcleos de restauración y otras 200 en la zona donde se encontró la primera población natural descubierta en la Península de Cistus heterophyllus carthaginensis.
Las actuaciones realizadas centran la exposición ‘La jara de Cartagena. La recuperación de una especie en peligro crítico de extinción’, inaugurada hoy en el campus del CIM por la rectora de la UPCT, Beatriz Miguel, y el consejero de Medio Ambiente, Juan María Vázquez.
“El principal problema de la jara de Cartagena era el escaso número de individuos en las poblaciones naturales, con pérdida de diversidad genética y problemas derivados del cruzamiento entre individuos emparentados (endogamia), así como su hibridación con otra jara, la jara blanca, más numerosa y vigorosa en estos hábitats”, explica María José Vicente Colomer, la investigadora responsable de los proyectos de recuperación, añadiendo que “las acciones de recuperación han hecho posible el rescate de individuos sin trazas de hibridación y han supuesto una mejora significativa en el estado de conservación de la población, lo que hace esperar que, a corto plazo, la población sea estable y autosuficiente, y de tamaño y distribución que le permita soportar los procesos de hibridación naturales sin riesgo de extinción”.
La profesora de la Escuela de Agrónomos detalla que, en el núcleo de población natural, “las principales actuaciones se han dirigido a inducir la germinación de semillas del banco del suelo mediante desbroces selectivos, lo que ha posibilitado que este núcleo natural tenga en la actualidad más de 200 plantas, con una elevada proporción de ejemplares puros, sin trazas de hibridación con la jara blanca”.
Para identificar posibles huellas de hibridación, en colaboración con la Universidad de Murcia se realizaron estudios de ADN con técnicas de secuenciación masiva, los cuales confirmaron la existencia de ejemplares “puros” y permitieron establecer protocolos adecuados para la selección de individuos que incluye técnicas morfológicas y moleculares.
Además, los investigadores han creado 11 núcleos de restauración poblacional con individuos criados y seleccionados en vivero, que suman a día de hoy más de 800 plantas. “En muchos de estos núcleos ya se están reclutando nuevas plantas a partir de las semillas que producen los ejemplares plantados, lo que podría garantizar su regeneración natural a largo plazo”, asegura Vicente Colomer.