Lunes, 08 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNPrimeras preguntas tras la jubilación
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Francisco Martínez Ruiz

Primeras preguntas tras la jubilación

 

Veo conveniente aclarar al lector que el título de este artículo se refiere no a las preguntas que uno pueda hacerse a sí mismo cuando pasa o se desliza a la condición de jubilado, que tal vez tratemos en algún momento, sino a las preguntas o sondeos que te hace la gente cuando informas, o han sido ellos informados, de tu nuevo estatuto.

 

Son de naturaleza, objetivos, e intención muy dispar.

 

Existe el perfil que se interesa de modo forense sobre tu horario y actividades. Para informar a este numeroso grupo, que coincide normalmente con gente que podría estar en capilla, he ideado un pack que resume el tema: perro, deporte, algún artículo y nieta. Considero esta información suficientemente descriptiva de mis actividades, pero creo que realmente no satisface en toda su extensión su curiosidad. Creo que esperaría una vida como más idílica, proclive a la reflexión y al cultivo del intelecto, pero no es el caso. Esas personas es muy probable que no tengan perro, nieta, ni haga deporte, ni escriba - en su actual condición de activos -. Luego le es de aplicación la regla de que hay quien no sabe estar ni casado ni soltero ni en activo ni jubilado

 

Hay otro perfil que me resulta muy simpático, y que se corresponde con gente tal cual. Suelen tener unos 50, normalmente. Te preguntan por la jubilación, de la que han sido informadas por alguien que no conoces, pero celebran mucho esa situación administrativa, te animan indicándote que seguro que no te vas a aburrir, declinan realizar un cuestionario sobre horarios etc., y se despiden con una buena sonrisa. Su aportación no es, técnicamente, esencial para tu situación, pero es muy grata y más que suficiente.

 

Luego ya nos queda el grupo de los empáticos. Miembros de este grupo pueden haberte enganchado cuando estabas en activo, bajo el formato Mr. Wonderful, por ejemplo, pero también pueden placarte ahora en clases pasivas. Como todo es empatía, buenos sentimientos, mejores deseos (y normalmente una alusión a Fulanito por lo mal que está el pobre y tal), ya cuando estaba en activo, y ahora también, ideé una argucia para quitármelos de encima cuando ya el asunto era asfixiante. Hablarles de un personaje inexistente, pero verosímil: Soldevila, y decirles que me había dado recuerdos para él, o ella. Una persona de este grupo jamás reconocerá que no conoce a alguien, y terminará concediendo que sí, que hace tiempo que no le ve y que tiene que llamarlo.

 

Y así concluye el encuentro con estos amigos del tercer grupo. Luego queda la gente muy normal que no te pregunta nada, te saluda cordialmente, y a lo más te dice “Qué bien te veo”. Que es la calificación más certera de la situación, en cuatro palabras.

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