Lunes, 08 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
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Ernest Berkhout

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Estuve el otro día, con el Colegio de Arquitectos, en una fábrica enorme de cementos, cerca de aquí, una fábrica puntera en aspectos de sostenibilidad y de innovación. Entre otras cosas, han inventado la fabricación de cemento usando materias primas que no son el clinker, que deriva de los hornos de carbón y requiere temperaturas altísimas para su creación, en torno a los 1.450 grados centígrados. Usan escoria, que en este contexto no es una persona síper indeseable sino el deshecho de un proceso metalúrgico que es muy deseable, porque requiere 'sólo' 800 grados para hacerse apto para la producción de un cemento moderno, a prueba de todas las exigencias de las normas europeas.

 

Cuando consideramos que globalmente el cemento es fuente de un 8% de la producción total de CO2, vemos que cualquier mejora puede tener efectos muy beneficiosos. La empresa ha cambiado su estructura de almacenaje de materias primas, en una nave de más de 200 metros de largo, para reemplazar el clinker con la escoria, que es localmente abundante. Cambio radical y beneficioso, por muy mal que suene.

 

Pero lo que más me llamó la atención de la visita era la impresión 3d de estructuras que están ensayando. Han construido una impresora de tres por tres por tres metros, capaz de crear formas 'aditivas' con una complejidad ilimitada, guiado por métodos paramétricos de generación de forma, o incluso por inteligencia artificial.

 

No sé si ustedes lectores han visto funcionar una impresora 3d, pero si no, se lo explico aquí. Un ordenador envía a un cabezal unas coordenadas en el espacio, el cabezal emite un flujo continuo de material inicialmente líquido, caliente, capa a capa, de abajo arriba y con la ayuda de la gravedad, un secado uniforme, y mucha prueba y error, se genera una forma, generalmente de plástico. El resultado es un objeto pequeño, estriado, imperfecto y orgánico, un poco como las rocas sedimentarias.

 

En teoría, con una impresora 3D suficientemente grande, se puede generar, ex novo, un pequeño edificio usando la misma técnica, echando hormigón en lugar de un plástico. Un iglú quizá. O una mini pirámide. O formas más complejas, como un octágono disminuyendo y girando hasta llegar a un punto. El único límite es que se sostenga en el vertical, que la gravedad no la haga colapsar, y que no supere el tamaño de la jaula que la imprime.

 

[Img #5379]

 

En la visita, vimos cómo el aparato producía elementos de fachada de dimensiones de un metro aproximadamente, y en serie. Producía ocho veces lo mismo. El gran atractivo de este método es precisamente que cada elemento puede ser distinto, que es todo lo contrario a una producción en serie, que cada pieza puede ser única. De hecho, por las imperfecciones en el proceso, cada pieza lo es, no hay uniformidad.

 

¿Qué viviendas se han creado con impresión 3d? Hay bastantes ejemplos. La primera vivienda de dos plantas se imprimió en Kempen, Países Bajos, en el año 2020. Tiene 90 metros cuadrados, una forma orgánica, y una ayuda de la Unión Europea de casi 700.000 euros. En Ulm, Alemania, está el primer edificio de viviendas que cumple con todas las normas de ese país, que no son pocas. Tiene más de 350 metros cuadrados. En Kazajstán hay una vivienda capaz de resistir un terremoto de magnitud 7, impreso en hormigón de alto rendimiento.

 

Todos estos ejemplos requieren una impresora grande y voluminosa, montada in situ, para poder imprimir la estructura, capa a capa, en un tiempo de días. Después, entran los oficios para instalar la carpintería, los cables, conductos, y tuberías, que dan luz, agua y conectividad a la vivienda.

 

En la impresión 3d a pequeña escala, las impresoras son capaces de imprimir diferentes colores simultáneamente, usando bobinas distintas, una por color. En la impresión 3d de vivienda, en el futuro habrá aparatos con varios hilos, múltiples materiales, que permiten la impresión simultánea de no solo la estructura, sino también de los conductos para agua, aire, y cables eléctricos en una sola pasada, en tiempo récord.

 

Es en el momento que se pueda materializar los oficios tradicionales del proceso constructivo en el momento de la impresión que todo cambia, y para siempre.

 

Por cierto, la empresa que visité, puntera, innovadora, optimista y rompedora ¡es de Abanilla! Cementos Cruz.

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