Poder, coherencia y ética
Esta semana el periodismo se ha hecho eco del acuerdo entre PP y PSOE para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Después de cinco años de bloqueo los dos partidos mayoritarios han conseguido ponerse de acuerdo y avanzar hacia una solución más que necesaria.
Bien es cierto que lo han hecho por la puerta de atrás. Realmente corresponde al Congreso y al Senado hacer esta renovación pero, desde siempre, han sido los dos partidos con más representación los que se lo han 'guisado y comido solos'.
Ambos partidos han declarado públicamente que se ha hecho un 'reparto equilibrado' de los 20 vocales. O lo que es lo mismo, 10 los pone el PP y 10 el PSOE.
Por último, parece que dentro del acuerdo está la opción de diseñar un sistema donde los jueces sean lo que elijan a sus representantes. Si pensamos detenidamente, ¿no es lo más lógico?
Ante esta situación quiero recordar un artículo que escribí en septiembre de 2022 y que, en mi opinión, sigue reflejando la actualidad.
“En las últimas semanas estamos viviendo, no sin asombro, como la justicia se ha convertido en noticia que abre telediarios y prensa digital e impresa. Lo sorprendente es que no ha sido por cumplir su papel, sino por una lucha de poder entre el ámbito legislativo y el judicial.
La justicia no es cosa moderna. A lo largo de los siglos ha formado parte de nuestra vida. Quizás el derecho romano es el que más importancia le ha dado.
Gneo Domicio Annio Ulpiano fue un jurista romano de origen fenicio, magister libellorum. Fue tutor, consejero y prefecto del pretorio del emperador Alejandro Severo.
Ulpiano definió la justicia con esta frase “Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi”: La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar (conceder) a cada uno su derecho. Los preceptos o mandatos del derecho son: honeste vivere, alterum non laedere et suum quique tribuere… (“vivir honestamente, no hacer daño a nadie y dar a cada uno lo que le corresponde”).
El artículo 117 de la Constitución Española en su apartado 1 establece “La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley”.
Jueces independientes y responsables que deben aplicar el imperio de la ley.
Hemos normalizado escuchar términos como jueces progresistas, jueces conservadores, jueces republicanos, jueces demócratas, jueces de derechas, jueces de izquierdas,...
Algo nos estamos perdiendo o, mejor dicho, algo se está haciendo mal. ¿De verdad los jueces pueden ser republicanos, demócratas, progresistas, liberales, conservadores, rojos, azules, verdes y lo que les dé la gana?
Entonces, ¿dónde queda la palabra independientes en todo esto?. Un juez tiene que ser imparcial y solo debe aplicar la ley con la mayor rigurosidad posible…
…Hay dos conceptos que, desde mi punto de vista, son inherentes a la justicia: coherencia y ética.
Coherencia en la manera de actuar acorde con las ideas y ética para discernir entre lo que está bien y lo que está mal.
El Gobierno y el principal partido de la oposición van escasos de estas dos, pero nunca podríamos imaginar que el Poder Judicial tampoco las tendría en su diccionario.
Y nosotros, mientras tanto, cruzados de brazos permitiendo que esto ocurra siendo espectadores de este programa, más propio de la prensa rosa.
Estamos ante una crisis profunda de valores en la sociedad y, la ausencia de coherencia y ética en los tres poderes que nos regulan: Poder legislativo, ejecutivo y judicial, no presenta un futuro muy halagüeño.
Sin embargo, debemos ser optimistas y pensar que si cada uno de nosotros actuamos con ética y coherencia, todo cambiará".
Efectivamente, nosotros, como ciudadanos libres, tenemos la enorme responsabilidad de exigir a nuestros dirigentes que actúen conforme a lo que establece la ley y siempre buscando el bien común y no el bien personal de cada uno de los dirigentes.
Estamos mirando hacia otro lado, no queremos asumir esa tarea que nos corresponde, quizás porque es más fácil dejar que cada uno haga lo que quiera y luego quejarnos amargamente tomando un café en el bar de nuestro barrio.
Debemos exigir una política seria, una justicia imparcial, una sociedad con valores profundos que nos permita seguir avanzando y, sobre todo, coherencia y ética.
Adela Cortina lo resume así “la ética es un tipo de conocimiento que nos ayuda a actuar de manera correcta en las diferentes situaciones de la vida. Se trata de una reflexión crítica sobre nuestras acciones y decisiones, con el objetivo de mejorarlas y hacerlas más justas y razonables”
Ahora nos toca a nosotros.