Vaya semanica, con escargot
Durante mucho tiempo se decía que estas fechas, ya casi metidos en agosto, significaban de algún modo el 'dies a quo' del periodo de laxitud, vacacional, ausente de grandes novedades. Y en Murcia, pues que un tema que se había quedado pendiente se sospechaba que no vería camino, salida en su caso, hasta pasada la feria. La de toros y la otra.
Pero los tiempos cambian.
No sé si los temas que se han quedado pendientes sufrirán aquella 'vacatio' informal, pero lo que sí podemos afirmar es que estos dos o tres últimos días de este julio han traído tres asuntos que son de todo menos lánguidamente vacacionales.
En Venezuela gana quien gobierna, pero no gobernará quien, por lo que parece, ha ganado. Es tal la disparidad de datos y resultados entre la oposición y el CNE venezolano que lo mejor es eso…Pedir las actas y, así, en vez de girar la letra a feria, tenemos como horizonte los Juegos Olímpicos de los Ángeles 2028. Da tiempo.
Un poco más cerca, en nuestras propias narices para ser más preciso, se desarrollan dos historias: en la primera el presidente del Gobierno se niega a declarar – y ahí tiene razón- por tener que hacerlo sobre asuntos de su esposa, pero yo no sé si esa negativa le lleva también a poder negarse a declarar, por ahora como testigo, sobre otros aspectos que no afecten a Dª Begoña Gómez, en su caso.
Para los lectores más jóvenes, que confío quede alguno, les comentaré que tanto Felipe González (caso GAL), como Rajoy en el expediente Bárcenas, se tragaron el banquillo a pelo y declarando lo que sabían o podían.
Pero no.
Esto es otra cosa, u otros López. No declaro y ordeno a la Abogacía General del Estado que, en defensa del prestigio y reputación de la Presidencia del Gobierno de España, le presente una querella por prevaricación al juez Sr. Peinado. Y ya está.
O no.
Porque, en todo este interín, se salva la candidatura de Salvador Illa a la Generalitat –él fue el ganador– con un pacto con ERC y con los comunes, que ahora mismo ya no sé lo que son, pero sí lo que eran.
De la figura de la financiación singular, y con las adecuadas dosis de hecho diferencial y bilateralidad, se ha pasado a la de concierto económico –por utilizar terminología navarra, lo del cupo vasco suena a Carrefour–, pero los de ERC dicen que lo que quieren no es la caja sino “la llave de la caja“, dijo Marta Rovira, llegada hace unos días del extranjero.
Y parece que la han obtenido, junto con la transferencia de determinadas, y muy determinadas, competencias en puertos y aeropuertos; 150 millones para los Mossos, algún perdón de la púa, selecciones deportivas y más inmersión lingüística, que podría eventualmente suponer que en Zeneta tengan una optativa de catalán.
Y bueno, no se podrá decir que la mata no está dando esta semana. Pero, y si hoy, mañana, o pasado, le da a Puigdemont por aparecer en pleno centro de Barcelona empleándose a fondo con unos escargot en Can Cargol, y de pronto se le presenta la policía –en cualquiera de sus formatos– para detenerlo, y el hombre va, y dice:
Collons! Al único que no la está haciendo sucia esta semana, y vais y lo detenéis.
Y, en esta nueva realidad, al hombre no le faltaría razón. Bueno, un poco sí…