Seguro que ha entrado, y parece que ha salido
Innecesario aclarar que no me refiero a una trayectoria de bala o proyectil, ni por supuesto a otros escenarios que pudieran suscitarse en la mente del lector.
Me refiero a la presencia de Puigdemont hoy en Barcelona a las 09:00, aunque no sabemos desde cuándo, dado que no parece verosímil que haya atravesado los Pirineos a pie a las 04:00 am para estar en hora, ni sabemos hasta cuando, caso de que se haya ha ido.
La imagen del expresidente, una hora después de su arenga, saliendo por la bambalina del escenario del Arco del Triunfo al finalizar su intervención -apremiado por los que realizan la extracción- es verdaderamente de película.
Más exactamente pudiera perfectamente ser que todo se ha construido para que con el mínimo riesgo para Carles, para Illa, para todos, se pudiera celebrar un acto de alto impacto informativo, pero carente de espontaneidad y sí de cierta prisa, aunque ello llevara consigo cierto caos circulatorio en las horas posteriores en Barcelona. Le da un aire, en cierto modo, como de ciudad moderna en la que pasan cosas.
Todo lo visto no implica necesariamente que se haya ido, es decir: ha entrado y parece que ha salido, pero…ya se sabe. Si damos por cierto lo difícil de que alguien, y menos este caballero, entre en territorio nacional y a més a més en estos días de la agenda parlamentaria catalana, sin que pueda ser interceptado, la aparición en escena tiene de todo -y más que sabremos-, es ya la manifestación, la evidencia sensorial, de que todo esto es un sainete.
Mientras en el Parlament Illa sonreía y pedía que los jueces aplicaran la amnistía no se sabía, o sí, si Puigdemont podía entrar por el pasadizo secreto del Parlamento, ya el copín, del que sólo tiene llave ahora Rull, salvo que haya encargado copias.
Nada más que faltaba que se refugiara en los pasadizos secretos del Parlamento, como Belfegor, y de vez en cuando -con ocasión de cosas menores- la reforma de algún articulo del Reglamento de la Cámara o la propuesta de Declaración de Independencia de España, pues lo mismo aparece y nos dice (en español):
“Dentro está, no ha salido”.