
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recibió en el día de ayer el informe de conclusiones y recomendaciones del diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura en la Unión Europea.
Entre los puntos más destacados de dicho informe destacan las recomendaciones respecto a la adaptación de la PAC a los nuevos contextos, entre los que se destaca la necesidad de avanzar hacia un futuro más sostenible y la adecuación de los sistemas al cambio climático.
También es relevante en el informe la necesidad de facilitar el acceso a los agricultores a los conocimientos y capacidades necesarios para aplicar sistemas más eficientes y seguros.
Las reacciones de los agricultores de toda Europa no se han hecho esperar, y estos, en general ven con buenos ojos que la Comisión parta del informe comentado, del que destacan algunas bondades como la inclusión de la necesidad de mejorar la renta de los agricultores o la importancia de que las ayudas de la PAC estén enfocadas a los productores “que más lo necesitan”.
Sin embargo, la asociación agrícola Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC), en la que se integra, por ejemplo, Coag, ha señalado que el informe presentado a la Comisión ignora algunos asuntos que son claves para el futuro de la agricultura.
El más importante, según los agricultores, la urgencia de cambiar la política comercial europea: los bajos ingresos del sector procederían principalmente y a causa de los tratados de libre comercio y las normas de la Organización Mundial del Comercio, que solo bajarían los precios sin tener en cuenta los costes para el bienestar y la salud de los agricultores y ciudadanos.
La política comercial comunitaria debe reformarse, dicen los productores, de forma “radical” y enfocarse hacia “la soberanía alimentaria, la justicia social y medioambiental”.
Otra carencia que señalan los trabajadores del campo es la necesidad de más agricultores en Europa. Para los productores, son necesarios más recursos humanos para lograr la transición de los sistemas agroalimentarios, siendo los pequeños y medianos agricultores los actores más importantes del proceso.
Finalmente, entre otros aspectos, la ECVC cree importante que la Comisión, para abordar este tema tan importante de forma adecuada, debería partir del principio de solidaridad (y no competencia) entre agricultores, y del tratamiento de la alimentación como un derecho humano, no como una mercancía