
Un país como España con un gran potencial agrícola puede ver peligrar el que, de momento, es balance comercial positivo en el mercado internacional de frutas y hortalizas frescas.
Con datos hasta el pasado mes de julio, las ventas al exterior de estos productos alcanzaron los 7,6 millones de toneladas, con un valor de 11.210 millones de euros. Esto representa un crecimiento del 9% en volumen y del 3% en valor sobre el mismo periodo del año anterior.
Lo que llama la atención de este resultado ofrecido por el departamento de Aduanas de la Agencia Tributaria (ministerio de Hacienda) es que el crecimiento no es análogo en los dos conceptos: volumen y valor.
Para valorar el equilibrio comercial es preciso analizar el otro plato de la balanza. En este sentido, y durante el mismo periodo, las importaciones españolas de frutas y hortalizas alcanzaron los 2.909 millones de euros, lo que representa un 10% más que de enero a julio de 2023, para un volumen de 2,4 millones de toneladas, apenas un 0,4% más.
Y es en este punto donde salta la segunda llamada de atención y sobre el que pone el foco de atención la patronal del sector, Fepex: el precio medio de kilo de fruta y hortalizas importado ha crecido un 9%, en tanto el precio medio de lo vendido al exterior baja un 6%.
Las hortalizas son las que más han subido en la importación hortofrutícola en los siete primeros meses del año, creciendo un 8% en volumen y el 15% en valor, totalizando 1,2 millones de toneladas y 935 millones de euros respectivamente. De entre las hortalizas que más compra España fuera de las fronteras se encuentran la patata (+8,5%) y el tomate (+6%).
En cuanto a las frutas, el mercado español de importación se redujo en volumen un 6%, pero disparó su valor en un 7%.
En este análisis también se aprecia que las ventas de hortalizas crecieron un 9% en volumen, para unos ingresos que retrocedieron un 1%; y también estuvo descompensado el mercado exterior de las frutas, con unas salidas que aumentaron un 9% en volumen por un valor que creció un 7%.