
Navantia está explorando la compra de los astilleros británicos Harland & Wolff (HW), en situación de concurso de acreedores, para confirmarse como adjudicataria de un contrato de 1.900 millones de euros en la construcción de tres buques de suministro para la Flota Auxiliar de la Royal Navy.
La empresa pública española, a través de su filial británica Navantia UK, Harland & Wolff y la firma de ingeniería y diseño BMT constituyen el consorcio ‘Team Resolute’, al que el Reino Unido adjudicó la construcción de los buques. Sin embargo, la grave situación financiera de HW pone en riesgo la operación, y es por ello que Navantia estudia hacerse con los activos de los astilleros, de los que en 1912 salió el Titanic.
El periódico londinense The Telegraph ha adelantado esta posible operación y también recuerda que Harland & Wolff cuenta con un millar de trabajadores repartidos en cuatro sedes: Belfast (Irlanda del Norte, donde se botó el transatlántico hundido en su viaje inaugural), Appledore (Inglaterra) y Arnish y Methil (ambas en Escocia).
La prensa española también se hizo ayer eco de la importancia del contrato para Navantia, y especialmente para los trabajadores del astillero de Cádiz, donde se realizaría el corte del metal para los buques logísticos, que luego serían ensamblados en el astillero de Appledore, en el condado de Kent, al sureste de Inglaterra.