Lunes, 27 de Octubre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNLo que oculta San Esteban
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Patricia López Haas

Lo que oculta San Esteban

Dentro de la muralla había varias mezquitas, la mezquita aljama que actualmente forma parte de los cimientos de la Catedral, una alcazaba, un cementerio y seis baños

 

Es un placer pasear por Murcia durante una fresca mañana del mes de octubre. Me gusta observar las ciudades en su día a día, sin fiestas ni turistas, descubrir calles y rincones con encanto. Murcia es medieval, medieval islámica, aunque no lo parezca a primera vista. Es esa gran desconocida que cuando se visita asombra, tal vez por la falta de expectativas concretas sobre lo que esta encierra. Pero Murcia, ya en el siglo XIII, era una “ciudad muy noble, honrada y muy fuerte, casi la mejor amurallada que hay en el mundo”. Esta cita la recoge Miguel San Nicolás del Toro en un cuaderno sobre arqueología publicado por el Consejo Económico y Social de la Región de Murcia (CESRM). La muralla de la medina la protegía de posibles ataques y de las riadas, tenía 95 torres a lo largo de su perímetro y contaba con una antemuralla con saeteras como baluarte defensivo, según leo en la página que el Ayuntamiento ha habilitado para defender su proyecto estratégico en relación con el patrimonio medieval. Murcia era una urbe islámica rodeada de una gran huerta bien canalizada. En 2025 se cumplen 1200 años de su fundación, fueron cinco siglos de dominación y de estancia de los que quedan restos dispersos por el centro histórico, y es que la ciudad actual está encima de la islámica. Hay que aclarar que los materiales constructivos usados por aquel entonces eran modestos como el adobe.

 

La muralla se encuentra “expuesta” por diferentes zonas de la ciudad. Aparece y desaparece en función de la actividad constructiva. Está a la vista en Verónicas con torre y antemuralla incluidas, en Santa Eulalia, en la calle Sagasta, en el café La Muralla y en otro de la plaza de Romea, lo allí encontrado se acabó tapando. En San Juan de Dios o en Las Claras se han encontrado restos de un oratorio o de un palacio respectivamente, en el que habitó, entre otros, el Rey Lobo o Ibn Mardanis (Peñíscola, 1124-Murcia, 1172) cuya época es la de mayor esplendor en la Murcia andalusí. Las Claras es ejemplo de la mejor arquitectura palaciega extramuros por su estructura, su alberca y su decoración. Todo ello pertenece a esa Murcia que se fue. Pero como digo, hay que mirar su pasado medieval al detalle para encontrarlo. Dentro de la muralla había varias mezquitas, la mezquita aljama que actualmente forma parte de los cimientos de la Catedral, una alcazaba, un cementerio y seis baños, entre los que se encuentran los de San Antonio y los de San Lorenzo, aunque los más conocidos eran los de la calle Madre de Dios que fueron derribados para abrir la Gran Vía.

 

[Img #6655]Un día otoñal me acerqué hasta San Esteban, un lugar del que hacía tiempo que había retirado mi mirada por el desasosiego que me crea su visión. Mi recuerdo es el de un parque urbano y céntrico, lleno de hermosos árboles ya desaparecidos. Y de hippies, a los que echaba un vistazo a la salida del centro comercial que está a continuación. La Avenida de la Libertad tampoco se libró de la tala, se hizo un parking subterráneo de cinco plantas con jardín mediterráneo, o sea, con jardineras, peatonal, en el que el sol luce en todo su esplendor y sin complejos durante todo el año. Pero volvamos a San Esteban. San Esteban es la historia reciente de un aparcamiento. Y la de un yacimiento de 23.000 metros cuadrados, el yacimiento más grande de Europa. Corría el año 2009, cuando el deseo de dotar a la ciudad con más plazas de aparcamiento quedó suspendido por la aparición, no exenta de polémica, del gran complejo arqueológico. Un arqueólogo me dijo por entonces que habría que estudiarlo y taparlo de nuevo. Pensé que tal vez tenía razón. O que no le habían pedido opinión. A saber…

 

Como decía, me quedé observando la excavación con atención, como es natural hubiera necesitado un centro de interpretación como el de Santa Eulalia para comprender la importancia de los restos excavados. Pero creo que es pronto para esto. Es más, me molestó que hubiera botellas y suciedad esparcidas por la zona acotada. Seguí andando hasta el Palacio de San Esteban, cuya arquitectura me gusta, y que en origen fue un convento jesuita del siglo XVI. Parece que debajo se hallan los restos de otro palacio, pero islámico. Qué bonitos se ven los árboles junto al Palacio de San Esteban, parece que estoy en otra ciudad, aportan ese punto de frescura que tanto añoro.

 

Pero la interpretación del conjunto de San Esteban la he buscado yo. O al menos eso he intentado con los datos que hay. Murcia, como casi todo el mundo sabe, la funda Abderramán II, emir de Córdoba, en el año 825. Durante los siglos XII y XIII la ciudad alcanza su cota de mayor esplendor, tanto a nivel económico como comercial y demográfico. Los restos hallados confirman la expansión de Murcia fuera de la muralla, es decir, en el arrabal de la Arrixaca. Allí había una ciudad construida a imagen y semejanza de la que ya había intramuros, que a su vez se amuralló para que no quedara desprotegida. Los arrabales parece que no eran espacios tan marginales como se pudiera pensar. Aquí reside la importancia para los arqueólogos del conjunto de San Esteban.

 

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Jorge Eiroa, director de las excavaciones de San Esteban, así como otros miembros del equipo, dan a conocer los avances y sus hipótesis a través de diversos vídeos del Ayuntamiento y de la Universidad. Se han identificado 75 viviendas, cuatro recintos y 24 calles, donde en un futuro se pretende instalar un centro de interpretación. Hay casas humildes y casas muy potentes de grandes dimensiones, que pertenecerían a altos funcionarios, ricos mercaderes o terratenientes, lo que indicaría el crecimiento de la ciudad fuera de la muralla desde Las Claras hasta San Esteban. Se ha descubierto un entramado viario bien organizado, desagües, un espacio funerario y religioso y una zona comercial que se corresponde con el llamado recinto 1, en el que se ha identificado un funduq, un edificio que serviría de alojamiento para los comerciantes extranjeros que venían hasta Murcia, y de almacén, por los objetos que allí se han encontrado como algunas cerámicas y una zona de intercambio de productos. Pozos, letrinas y hornos nos explicarían su uso comercial. Es posible que en el funduq hubiera una planta superior. También se sabe que en este recinto 1 había un complejo sistema hidráulico de aguas limpias y/o sucias. Los zocos y alcaicerías están presentes en las zonas comerciales de las ciudades islámicas, pero para confirmar lo expuesto anteriormente se deben seguir estudiando los restos.

 

Los arqueólogos me han convencido y me han hecho cambiar de opinión. Con esta información, que no es mucha, me doy por satisfecha y pienso que es necesario conservar, restaurar y hacer visible el yacimiento de San Esteban, aunque solo sea la zona más relevante, ya que es una obra cara. Carísima, su presupuesto actual es de 30 millones, por lo que no sé si la veremos acabada. Lo que está claro es que los estudios, sin lugar a dudas, serán de gran ayuda para afianzar el conocimiento sobre el urbanismo y la vida de la Murcia andalusí en los siglos XII y XIII. El 2 de febrero de 1266 Jaime I entró en la ciudad por la actual Santa Eulalia dándole un giro a la historia. La reconquista acabó con cinco siglos de dominación en Madina Mursiya.

 

Ya para finalizar, decir que Murcia es manejable, peatonal y poseedora de una buena gastronomía, heredera en parte de la de los árabes. También tiene rincones coquetos y pequeñas plazas que con la llegada del otoño son más agradables que nunca. Otoño suave y luminoso que invita al paseo y a la reflexión. Me despido pensando en la Murcia medieval, en la impronta que los árabes dejaron en la huerta con sus canalizaciones, en sus baños, en la maravillosa alberca de Santa Clara la Real, en la muralla, en el arrabal de la Arrixaca y en la Murcia andalusí. Y en San Esteban. Pero lo que valoro y mucho es la calidad de vida. Y Murcia la tiene, así como un patrimonio histórico-artístico que mostrar y poner en valor. Disfrutémosla a sorbitos.

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