
A pesar de las ligeras bajadas del precio del aceite de oliva en los últimos meses, su alto coste tras dos años de incrementos ha llevado a muchos consumidores a recurrir a otros aceites vegetales más económicos. La mala noticia es que este producto también está experimentado alzas no conocidas hasta ahora.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, conocida como FAO, ha detectado una subida de un 7,3% en el mercado mayorista de estos aceites en un solo mes, y alcanza el precio más alto en dos años.
La subida, indica la organización internacional, se ha debido al aumento de las cotizaciones de la palma, la soja, el girasol y la colza.
En octubre, los precios internacionales del aceite de palma aumentaron por quinto mes consecutivo, fundamentalmente como consecuencia de la preocupación por una producción menor a lo previsto que coincidió con el posible descenso estacional de la producción en los principales países productores del Asia sudoriental.
Del mismo modo, los precios mundiales de los aceites de girasol y colza no dejaron de aumentar, impulsados principalmente por unas perspectivas de atonía de la oferta a causa de la disminución prevista de la producción en 2024/25.
Por su parte, los precios mundiales del aceite de soja subieron a raíz de la demanda mundial en un contexto de oferta limitada de aceites vegetales alternativos.