
La Comisión Europea prevé que la economía española cierre el año con un crecimiento del 3% (nueve puntos porcentuales más que en su anterior pronóstico de mayo), que baje al 2,3% en 2025 y continúe su desaceleración en 2026 con un 2,1%.
Atribuye este avance al impulso del comercio, el mantenimiento del empleo y el tirón de las inversiones.
Proyecta asimismo que la inflación general siga disminuyendo al 2,8% este año, y al 2,2 y 2% en los dos años siguientes.
Respecto al déficit de las administraciones públicas sí se cree que pueda alcanzar el el 3,0% este año, impulsado por la eliminación gradual de las medidas para mitigar el impacto de los altos precios de la energía, antes de seguir disminuyendo en 2025 y estabilizarse en gran medida en 2026 (2,7%); y que la relación deuda/PIB disminuya gradualmente en 2024-25 y luego se estabilice en gran medida en 2026, alcanzando el 101,1 %.
No obstante a estos positivos datos, la CE alerta de que podrían tener dificultad en lograrse por las inversiones necesarias para hacer frente al impacto de las recientes inundaciones en la Comunidad Valenciana.