
Hace poco más de un año la Comunidad se vio obligada a firmar un acuerdo con CaixaBank y Cajamar para que varios municipios y pedanías de la Región no se quedaran sin servicio de cajero automáticos. Este acuerdo se saldó con la instalación de cajeros en Ojós y Ulea, y en pedanías de Caravaca, Lorca, Moratalla, Cehegín, etc.
Sin embargo, no todo está solucionado ni en la Región ni en España y muchos españoles del mundo rural corren peligro de no poder acceder a una entidad financiera, algo básico en la sociedad actual.
Facilitar la retirada de efectivo directamente en los comercios es una de las medidas que propone la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) en un reciente estudio elaborado a petición del Defensor del Pueblo.
La institución solicitó identificar fórmulas para garantizar, en términos prácticos, la competencia en entornos donde no esté asegurada la presencia de varias entidades bancarias.
Desde 2008, el 30% de los cajeros han desaparecido en España debido al cierre de oficinas bancarias y la digitalización del sector. Los habitantes de las zonas rurales, las personas mayores y quienes tienen menos competencias digitales han sido los más afectados por la exclusión financiera.
Para atajar esos problemas, se han puesto en marcha acciones privadas como el ‘Protocolo estratégico para reforzar el compromiso social y sostenible de la banca’, firmado por las patronales bancarias, y medidas públicas, a través de expedientes de contratación, de ayudas o de prestaciones ofrecidas por empresas como Correos.
Competencia tiene varias recomendaciones, siendo la primera, desarrollar una regulación específica de los servicios de cashback y cash-in-shop, para implantarlos como sistemas alternativos o complementarios a los cajeros automáticos. El cashback permite al cliente comprar en una tienda y, al pagar con su tarjeta (o aplicación), solicitar el cobro del producto más una cantidad. Esa cantidad adicional se devolvería directamente en dinero.
El cash-in-shop no necesita vincular la retirada de efectivo a una compra. A modo de cajero, en la tienda puede solicitar retirar dinero.
Además, Competencia considera importante implementar programas de información y formación financiera sobre el uso, funcionalidad, límites y riesgos de estos dos servicios.
También propone diseñar una solución de mercado que permita implementar el cashback y el cash-in-shop mediante tarjetas de crédito o débito, compensando y liquidando las operaciones. El uso de tarjetas los convertiría en servicios más accesibles para los colectivos vulnerables o con menos habilidades digitales.