Algezares no pudo financiarse y renunció a su ayuntamiento propio
La historia de las pedanías del municipio de Murcia está llena de acontecimientos que han ido cambiando con el paso de los años y que, hasta llegar a nuestros días, ha sido muchas veces convulsa y no ha estado exenta de múltiples problemas. Una veces porque han estado marcadas por los acontecimientos históricos, otras por capricho de los gobernantes de turno y algunas como es este ejemplo por las gentes del lugar, por el pueblo, que siempre ha tenido la voluntad y la palabra a la hora de manifestar sus deseos y qué ha llegado a tomar decisiones como el caso que nos ocupa. Viendo que estaban en ruina, que no había futuro posible y que todo estaba en su contra pidieron volver al seno del Concejo o Ayuntamiento de la capital, renunciando a su autonomía, ya que era imposible seguir autogobernándose.
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Este próximo mes de diciembre se cumplen 175 años de la incorporación de Algezares al municipio de Murcia. Pero lo fue por una extraña petición de los propios vecinos que veían imposible seguir financiándose ellos mismos y tuvieron que pedir amparo a la capital cuando habían transcurrido sus primeros trece años de autonomía renunciando así a tener ayuntamiento propio. Algo por otro lado que no les había sido fácil conseguir.
No era la primera vez que esto ocurría pues durante el llamado Trienio Liberal, 1820-1823, esta pedanía consiguió su autogobierno. Sin embargo, por dificultades económicas volvió a pertenecer al municipio de Murcia a los pocos años. Existe en los archivos escudo y bandera de aquel periodo. Era imposible subsistir sin ayuda de la ciudad.
De nuevo volvió a tener Algezaresa Ayuntamiento propio en el siglo XIX. Comenzó en octubre de 1836 y concluyó en 1849. Este periodo fue más largo que el anterior y los algezareños se autogobernaron por espacio de trece años. Pero tras la petición de adhesión a Murcia hecha por los vecinos en diciembre de 1848, esta se consiguió en 1849. Por tanto este mes de diciembre, próximo a comenzar, se cumplen ciento setenta y cinco años qué Algezares pasó a depender del 'palacio de la Glorieta' y así hasta nuestros días.
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Todo comenzó en junio de 1847. El Ayuntamiento de Murcia le arrebató, para su término municipal, los 1.150 habitantes de Los Lages y Los Garres con sus consiguientes ingresos. Esta pérdida de impuestos acarreó graves problemas económicos al pueblo de Algezares y a sus concejales. Y también precipitó los acontecimientos que concluyeron un año después pidiendo los vecinos ser tutelados por el ayuntamiento de Murcia. Fueron muchas las protestas, manifestaciones y actos de rebeldía para conseguir su vuelta al término municipal de la capital y dejar el autogobierno. Era imposible seguir siendo autónomos. No había dinero para eso.
Pero volvamos a los primeros momentos de la experiencia para rememorar las reacciones de la gente y los principales acontecimientos que entre todos protagonizaron durante aquella etapa de autonomía. Una de las primeras tareas que se acometieron fue reparar el camino de Algezares a Murcia. Los terratenientes del término aportaron entre 12 y 16 maravedís por tahúlla y los vecinos entregaron su trabajo personal de forma gratuita, a aquel Ayuntamiento algezareño, durante los domingos y festivos. Aprovechaban los días festivos, incluso, para trabajar de manera altruista en beneficio de toda la comunidad. La unión de todos era clave en el sostenimiento de una economía cada vez más empobrecida.
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Mientras tanto, el flamante consistorio elaboraba entonces su primer presupuesto, ligeramente superior a los 13.400 reales. Contaba entonces la localidad con unos Milicianos Urbanos, una especie de policía municipal, que a pesar de estar encargados de la seguridad hacían la vista gorda al abundante contrabando que bajaba desde la sierra creyéndose que con esta actitud el pueblo prosperaría y serían mayores sus ingresos. Desde tiempo inmemoriales, Algezares era lugar de paso de contrabando de toda índole que al permitírseles cruzar por su término municipal se veían exentos de pagar tasas. La Cordillera Sur y la conocida sierra de la Cresta del Gallo eran el camino escogido para el paso del contrabando cuyos cargamentos, muchas veces llegados desde la ciudad de Cartagena, atravesaban la parte sur de estas cordilleras tras cruzar, el Puerto de la Cadena, y se adentraban en el municipio de Murcia cruzando, con total impunidad, por Algezares. Los contrabandistas pagaban una especie de 'mordidas' a los Milicianos Urbanos del pueblo que estos ingresaban en las mermadas arcas municipales algezareñas pensando, erróneamente, qué con aquellos ingresos extras iban a estar más saneados sus presupuestos.
Pero las consecuencias fueron desastrosas y llegó un momento que apenas si tenían para poder subsistir. La pobreza era más que ostensible y la ruina municipal de aquel ayuntamiento era cada vez más acuciante. Ante la falta de ingresos y el estancamiento que sufrían y siendo imposible la financiación propia pidieron al Ayuntamiento de la capital que los aceptara como vecinos de 'pedanía' siendo aprobada su incorporación al municipio murciano en 1849. Desde entonces, ahora se cumplen los ciento setenta y cinco años de aquella solicitud de amparo y tutela de Murcia, la localidad forma parte del término municipal de la capital y está regida, como en el resto de las pedanías y barrios, por una Junta Municipal que es de alguna forma el cordón umbilical entre el palacio de la Glorieta y los habitantes de Algezares.



