
La OCDE ha mejorado en dos décimas el crecimiento del PIB español para este año hasta el 3%, un 2,3% en 2025 y un 2,0% en 2026. Estos mejores números sobre los adelantados en su última previsión en septiembre vendrán por el incremento del consumo de los hogares debido a la estabilidad en el empleo, al aumento del ahorro de las familias y la subida de los ingresos reales.
El crecimiento español del PIB multiplicaría prácticamente por cuatro la mejora económica de la eurozona.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico también pronostica que la inversión se recuperará respaldada por la bajada de los tipos de interés y la llegada de los fondos europeos Next Generation.
Las previsiones de invierno también contemplan una bajada de la inflación hasta el 2,8% (frente al 3,5% del pasado año) y sigua a la baja hasta el 2,1% en 2025 y al 2% en 2026.
No obstante a estas optimistas previsiones, alerta de riesgos por la escalada de las tensiones geopolíticas, que podría incrementar los precios de la energía y empeorar la demanda en los principales socios comerciales de España, así como una lenta implantación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (fondos europeos).
Consideran que la aplicación efectiva del plan de consolidación fiscal es clave para cumplir las reglas fiscales europeas, para situar la deuda pública en una trayectoria descendente y para liberar recursos para futuras prioridades de gasto, así como aumentar la eficacia en la adecuación de la mano de obra (profesiones de mayor cualificación) y abordar los desajustes de competencias profesionales, lo que ayudaría a aliviar el desempleo estructural y a impulsar el crecimiento de la productividad.