
La aventura de cara al público arrancaba el 12 de febrero, y era lunes. No éramos inconscientes, al contrario. Si íbamos a retar los augurios (malos, por supuesto) que algunos adelantaban, ¿por qué no hacerlo también sobre el día lanzamiento? Un día previo a martes y 13. Y lo íbamos a hacer por partida doble: nos ‘casábamos’ con ustedes, los lectores; y nos ‘embarcábamos’ en un proyecto empresarial ilusionante. No éramos los primeros y seguro que tampoco íbamos a ser los últimos, pero estábamos ahí: con un bagaje profesional reconocido y una sociedad editora solvente. Con estos dos principios ya llevábamos mucho andado.
Pocas semanas después del nacimiento celebramos el bautismo de la nueva criatura. ‘El Nuevo Digital Murcia’ se presentaba en sociedad y lo hacía en un espacio de referencia regional: el Real Casino, un lugar que desde su inauguración en 1847 ha sido epicentro de la actividad política, económica y ciudadana de este territorio luego llamado Región.
En aquel momento, no hace siquiera un año, dirigentes de asociaciones empresariales nos calificaron de valientes por echarnos a la mar en plena marejada ; y yo respondí que no nos asustaban las olas porque teníamos un casco firme, unas velas a prueba de vendavales y, sobre todo, unos armadores y una tripulación con experiencia.
Una frase que utilizamos con frecuencia en aquellos días era de Nelson Mandela: “Siempre parece imposible, hasta que se hace”.
En este momento, cuando estamos a punto de cerrar el año, hemos demostrado que sí era posible.
Ello lo revela el medio millón de usuarios que ya conoce nuestro periódico y la veintena larga de clientes que han confiado en El Nuevo Digital como soporte para su publicidad.
A unos y a otros les debemos que estos once primeros meses de singladura los vientos nos hayan sido propicios y nos faciliten la fuerza suficiente para avanzar mucho, mucho más.
Es tradición que cuando un año finaliza se haga balance. En el año ‘uno’ de El Nuevo Digital, éste no puede ser otro que positivo, lo que demuestra que la apuesta fue acertada porque la estrategia estuvo bien diseñada.
Siempre dijimos que nuestros contenidos iban a ser éticos e independientes, sin ningún tipo de sesgo y abiertos a una sociedad plural.
Cuando hay colectivos dispuestos a atacar a la prensa, nosotros respondemos que en El Nuevo Digital nuestras paredes son completamente transparentes porque no nos gustan los muros traslúcidos que dejan pasar la luz pero desfiguran los objetos.
Éticos e independientes, sin ningún tipo de sesgo y abiertos a una sociedad plural
Probablemente otra estrategia menos clara nos hubiese llevado más lejos, pero habría condicionado un futuro que como empresa de comunicación vemos esperanzador y que con paso firme avanza en su crecimiento. Esto es una carrera de fondo.
Para esa carrera hemos dispuesto una mochila a la que cada día añadimos nuevos lectores y eso nos facilita nuevos clientes. Pero esa mochila no la soporta únicamente quien hoy les está escribiendo. Sus portadores son el grupo de empresarios y profesionales que en su momento constituyeron la sociedad editora y también los miembros de la redacción que aún permanecen o en algún momento han formado parte de ella.
Tampoco debo olvidar como protagonistas del periódico a los alrededor de cuarenta colaboradores que publican en sus páginas. Son un pilar fundamental de El Nuevo Digital. Sus opiniones -siempre libres- nos ofrecen distintos puntos de vista que enriquecen el espíritu crítico de toda sociedad plural que solo podrá progresar si tiene a su alcance distintas perspectivas.
Cuando llego al final de estas líneas no puedo hacer otra cosa que mostrar mi profundo agradecimiento a los anunciantes, a los lectores y a la libertad que nos ha dado la sociedad editora.
Por último, solo quiero desearles a todos ustedes unos magníficos días y expresar mi deseo de que la luz de la Navidad nos ilumine todo el año, al tiempo que confiar en un 2025 lleno de éxitos.