Sábado, 13 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNLa Navidad vaciada
  • Buscar
Pepe Ferrer

La Navidad vaciada

 

Vaya por delante que la palabra vaciada no me gusta, por manoseada. Se ha convertido en un tópico. Pero creo que, en este caso es la apropiada. La celebración más universal, procedente de occidente y que ahora es universal ha perdido en el camino su contenido. No voy a entrar en el carácter religioso originario, aunque tampoco lo perderé de vista. Eso sí que quedó atrás hace ni se sabe cuándo. Además tratarlo en ese aspecto sería  un acto de soberbia desmesurada por mi parte. Me ciño a la Navidad como hecho cultural que tiene su origen no sé cuándo pero sí sé donde: Occidente. Quizás con tres focos bien definidos, aunque permeables: Europa Central-Países Nórdicos, Países Anglosajones y el Mediterráneo Occidental, con Italia y España. Todos han bebido de todos, pero han mantenido, aunque cada vez de forma más desdibujada, ciertas señas diferenciadas.

 

Recuerdo cuando de pequeño los mayores decían Felices Pascuas, y lo que costó cambiar a Feliz Navidad. Recuerdo los debates de esos años 60’ o 70’ sobre el belén o el árbol de Navidad, uno con origen en San Francisco de Asís y desarrollado en Nápoles e importado por España con maestros como nuestro Salzillo, precisamente de origen italiano, y otro de origen centroeuropeo y engordado en el área anglosajona. Los debates de entonces eran una cuestión de conservar la identidad de siempre, “como Dios manda” o abrirse a algo que se consideraba como un rasgo de modernidad y  apertura de miras. Ni se nos pasaba por la cabeza lo que nos venía encima: desdibujar esos rasgos culturales que luego casi desaparecerían.

 

La Navidad ahora tiene su templo en cualquier bazar chino

 

La Navidad quizás sea, o haya sido, el acontecimiento cultural periódico más lleno de referencias. Más allá del Cristianismo, católico o no. Todo el arte, o las artes están ahí para mostrar lo que digo. También la cultura popular, los villancicos, la gastronomía, la de subsistencia o la opulenta, las tradiciones orales, la iconografía. La pintura, la música, de la zambomba a los oratorios de Navidad, las galletas de jengibre con que nos colonizan las películas ñoñas de las sobremesas televisivas, olvidando las delicias de nuestros humildes pero reconfortantes mantecados, el alfajor de mi pueblo, Caravaca, los suspiros, el delicioso mazapán ambos de origen árabe, quizás sefardí. Da igual. O el mediterráneo turrón, que nació en la Edad Media como un alimento calórico, fácil de conservar y nutritivo. La Navidad, como hecho cultural, es discutido, denostado, aplaudido, adulterado, sencillamente porque no deja indiferente, creando también sus referentes negativos de los que ha dado cuenta la narrativa y hasta el cine.

 

[Img #7333]

 

Pero, y vuelvo al principio, ¿por qué digo que vaciada? Sencillamente porque al sufrir tantas aportaciones, más allá de las de los tres bloques a los que me refería al principio, en el camino ha desdibujado sus propias señas de identidad digamos que 'regionales' más allá de belén sí, o árbol. Papá Noel o Los Reyes Magos. De considerarlas un hecho puramente consumista o casi un motivo de engaño para la infancia. Un tiempo de solidaridad o un puro teatro complaciente de autoengaño.

 

Sabemos que el icono actual de Papa Noel no es más que el producto de una campaña publicitaria de la Coca-Cola de 1920. Papá Noel vestía hasta entonces un tabardo hasta los pies entre parduzco y verde. ¿Se imaginan a los niños franceses pidiendo los regalos al Bibendum (el monigote blanco paradigma de la lorza) los italianos  a Il Cavallino Rampante de los coches rojos o los españoles al toro cuyas siluetas mal que bien, todavía dibujan el horizonte de nuestras carreteras?. Pues eso.

 

La Navidad ahora ha perdido hasta sus colores tradicionales del rojo y verde en las calles por el azul celeste y el lila, por mor de hacerla inclusiva, dejando atrás los icónicas hojas de muérdago, los hexágonos de los cristales de nieve, y no digamos las estrellas de los Reyes Magos o las alusiones directas a la Historia Sagrada, pasando ahora a ser rectángulos lisos minimalistas y tristes…

 

La Navidad ahora tiene su templo en cualquier bazar chino de los miles que hay en toda la geografía mundial. Ha ganado en expansión, pero se ha vaciado, extenuada por ese viaje global. Ya no se hacen los dulces en casa, en familia y luego se llevan al horno del barrio, que yo conocí en mi infancia. Ahora es el tardeo' lo que importa. No entraré a valorarlo, no caeré en la trampa que encierra el propio planteamiento de lo que he querido mostrar, solo que yo me hago una última pregunta: ¿sabe la protagonista de la peli de sobremesa de la tele de qué va todo esto? Ah! Sí, del Espíritu de la Navidad…como si eso fuera un absoluto universalmente aceptado, por decirlo en términos kantianos, un tanto forzados. Felices Pascuas de Navidad, feliz solsticio, o lo que gusten.

Felices Pascuas de Navidad, feliz solsticio, o lo que gusten

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.