Paulo Soares y José García-Carrión
El pasado octubre, la jumillana García Carrión nombraba a Paulo Soares director general del grupo, un puesto al que ahora ha renunciado alegando “motivos personales”, lo que confirmaría que la empresa bodeguera es una ‘trituradora’ de algos cargos.
Procedente de Campofrio, donde era director general del departamento de nuevos mercados del grupo alimentario, el portugués se incorporaba a J. García Carrión el 18 de octubre y menos de tres meses después abandona la empresa, según adelanta el portal Food Retail & Service (FRS).
Soares asumía el reto de gestionar el conglomerado bodeguero y facilitar la continuación de la empresa presidida por José García-Carrión, de 75 años, quien preside el consejo de administración constituido por su mujer, Rafaela Corujo, y el hijo de ambos, Luciano, que representa la quinta generación de la empresa fundada en 1890.
En el momento de su nombramiento, José García-Carrión aseguró que la elección de Paulo Soares era estratégica para el grupo y que su visión era fundamental para que “el negocio familiar siga creciendo y no pierda los valores que han hecho a la empresa ser la primera bodega de Europa y la cuarta del mundo”.
Soares, graduado en Administración de Empresas por ISCTE en Lisboa, ha ocupado importantes posiciones ejecutivas en compañías como Arthur Andersen y Rieter, así como la presidente de Nobre en Portugal. Desde el 2010 comenzó a vivir en Madrid ocupando distintas posiciones de liderazgo en Campofrío, tanto en corporativo como en las operaciones de España y sur de Europa. Su último reto empresarial fue dirigir la división de Developings Markets en Campofrío, cubriendo Portugal, Italia, Bélgica, Países Bajos y Alemania, donde tuvo la oportunidad de concretar distintas operaciones estratégicas.
