
Bajo el lema ‘Apicultores y apicultoras europeas contra el fraude. Los jarabes fabricados no son miel’, el sector apícola español se concentraba este martes frente a la sede de la UE en Madrid. Este acto se desarrolló también de forma simultánea en París y Lisboa, en el contexto del frente impulsado el pasado diciembre con apicultores de Francia (Unión Nacional de Apicultores franceses UNAF) y Portugal (Federación Nacional de Apicultores Portugueses FNAP), para luchar contra el fraude masivo en el sector mielero.
Denuncian que la avalancha de siropes y sucedáneos de miel en los lineales de las grandes cadenas de distribución europeas y la permisividad de las administraciones, está dinamitando los esfuerzos de los apicultores profesionales por ofrecer un producto de alta calidad, sano y sostenible. “La UE y el Gobierno español tienen que actuar de inmediato; reforzando los controles en frontera, validando los métodos de análisis y prohibiendo la ultrafiltración”, ha subrayado Pedro Loscertales, responsable del sector apícola de Coag.
La Comisión Europea publicó en marzo del año pasado un informe realizado conjuntamente entre la OLAF (Oficina Europea de Lucha contra el Fraude), el JRC (Centro Común de Investigación de la Unión Europea) y la DG SANTE (Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea), en el que se presentaron los resultados de un plan de controles llevado a cabo en frontera a cientos de importaciones de miel durante 2021 y 2022. Las conclusiones del informe, en base a las técnicas analíticas empleadas en la investigación, es demoledora: un 46% de las muestras europeas analizadas fueron fraudulentas y un 66% de las empresas importadoras controladas tuvieron, al menos, un resultado positivo. En el caso de España, los porcentajes se elevan a un 51% de importaciones con producto fraudulento y un 85% de empresas importadoras con, al menos, un resultado positivo.