
Cuando falta poco más de un mes para que el 26 de marzo finalice la prórroga de tres meses que el juzgado de lo mercantil dio a la murciana Soltec para refinanciar su deuda y evitar el concurso de acreedores, la compañía confía en cerrar este mismo febrero un acuerdo con la banca para renovar una póliza de crédito de 90 millones de euros y una línea de avales por un importe de 110 millones.
Así lo destaca el periódico El Confidencial, que cita fuentes de la empresa de Molina de Segura, al tiempo que informa de que Soltec busca la “incorporación inmediata de un director legal” que refuerce un equipo jurídico muy mermado tras la salida de un buen número de profesionales desde el pasado verano.
La marcha de directivos de Soltec ha sido una constante en los últimos meses, especialmente desde que el auditor, Ernst & Young (EY), apreciara riesgos significativos en la cotizada. En el informe que debía acompañar la presentación de cuentas de 2023, los auditores afirmaban: “Existe una incertidumbre material que puede generar dudas significativas” sobre la capacidad del grupo “para continuar como empresa en funcionamiento”. Fue un auténtico bombazo que cambió la trayectoria de Soltec.
Las dificultades financieras de este fabricante de seguidores solares e inversor en parques fotovoltaicos eran conocidas por parte de la cúpula directiva y sospechadas por el resto. Algunos de los accionistas minoritarios también comenzaban a inquietarse; pero otros muchos eran desconocedores de que la situación pudiera ser tan grave.
En mayo de 2024, el que había sido cofundador de Soltec y su director general, Raúl Morales, anunciaba su intención de descargar algunas de sus responsabilidades sobre Mariano Berges del Estal como nuevo CEO y él se mantendría como presidente ejecutivo. Morales seguiría liderando la supervisión y el seguimiento de la estrategia corporativa, las relaciones institucionales y el contacto con el mercado financiero, además de las funciones correspondientes de gobierno corporativo y compliance.
Tres días después de este anuncio, Ernst & Young (EY), que ya había forzado semanas atrás a reformular las cuentas de 2023 que habían pasado de beneficios a números rojos, soltaba la ‘bomba’ y todo se aceleraba.
Aún ese mismo mes de mayo, Soltec lograba en el último instante prorrogar por segunda vez (hasta el 30 de septiembre) el vencimiento de la póliza de crédito de 90 millones de euros. Sin embargo, no conseguía frenar la caída del valor de sus acciones en Bolsa.
La Junta General celebrada en junio con la representación del 66,6% del capital ratificaba a Bergel del Estal como nuevo CEO; y aprobaba las cuentas individuales y consolidadas de Soltec. Cabe destacar que los dos cofundadores de la compañía controlan directamente por encima del 62% del capital: José Moreno, el 42,33 y Raúl Morales el 20%.
Pese a salvar este primer round, las aguas seguían revueltas en la empresa y comenzaba la salida de directivos. Lo hacían, entre otros, el jefe de Estrategia y Desarrollo, y también la hasta ese momento directora de Marketing.
A finales de agosto, Raúl Morales daba un segundo paso atrás y también renunciaba a la presidencia ejecutiva; en tanto el consejo de administración de la empresa nombraba presidente no ejecutivo a Marcos Sáez Nicolás.
Estos cambios, no obstante, no evitaban que se estrechara el margen de negociación con los bancos para renovar la póliza de crédito y la línea de avales, que venía a finales de septiembre; y el día 26 de ese mes, Soltec comunicaba a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que abría un periodo de negociación de la deuda tratando de alcanzar Plan de Reestructuración; o, lo que es lo mismo, entraba en preconcurso de acreedores. Desde ese mismo día, la cotización de las acciones de Soltec quedaba suspendida.
Antes de finalizar el plazo de tres meses (26 de diciembre) que marca la Ley Concursal para lograr el Plan de Reestructuración, Soltec pedía al Juzgado una prórroga de otros tres meses, que finalizan el 26 de marzo; y de no lograrlo antes de esa fecha, la compañía entrará en concurso de acreedores.
Según explica El Confidencial, entre los directivos que han abandonado la empresa se encuentran el abogado corporativo y el director jurídico; dos figuras fundamentales para “proporcionar asesoramiento jurídico especializado en derecho societario y financiero”. Además, entre los puestos a cubrir se encuentran las de un analista de riesgos, un auditor interno y responsables para el área de recursos humanos.