Orfeo: cinco años con nosotros y viceversa
Tocaba en estos días y tras haberme referido a Orfeo en su primer y segundo cumpleaños, y la tercera vez en relación a una serie de peteras que estaba cogiendo, tocaba, quería decir, celebrar su quinto cumpleaños.
Al momento de escribir estas líneas, nuestro querido Orfeo ha alcanzado ampliamente la mayoría de edad, en la biocronología canina aceptada y su vida se desenvuelve en una situación que guarda enormes similitudes con la de un capitán general con mando en plaza, pero de los de finales del siglo XIX a salvo los temas de cabaret, que le fueron vetados a Orfeo por razones de prevención de la salud, canina.
Entre su tercer cumpleaños y el actual han pasado muchas cosas, pero dos pueden ser reveladoras sobre el personaje. El personaje me refiero a Orfeo. La primera, una intervención quirúrgica de cierta envergadura que tuve y que, satisfactoriamente resuelta por el magnífico equipo Vascular y de RX intervencionista de la Arrixaca que me atendió, me tuvo diez o quince días fastidiado.
Cuando llegué a casa tras la operación, a los 2/3 días, Orfeo estaba esperándome en posición de ojeo a la puerta de la casa. No se separó de mi en todo el tiempo de la recuperación. Lo sacaban un rato, y enseguida se venía a estar a mi lado. El sabía que lo que me había tenido unos días fuera no era una broma.
Desde ese día decidí que tomaría jamón york de Pedreño, en el establecimiento que lo proporcionara.
También, y casi hace un año, pues vino una de las mayores alegrías de la vida. Mi hija mayor trajo al mundo a Marina, nuestra nieta. Esto, que normalmente genera un permanente ambiente navideño, todo el año, no terminó de gustarle a nuestro amigo.
Evacuamos distintas consultas a facultativos sobre el tema este de los celos de los perros hacia nuevas mascotas –que es como probablemente lo percibiera él- , y el conjunto de sugerencias o terapias no resultaban ser, cómo decirlo, sólidas ni mucho menos concluyentes. Marina lo miraba y Orfeo también, y al final y por ahora, lo que estamos haciendo es acostumbrarlo a que vea a Marina como de escolta. Y también, estar bien surtidos de jamón de york de Sendra. Con eso, nuestro Orfeo, uno de los nuestros, lo lleva bien.
Pero hay algo más.
Hombre, que se le coge cariño a los perros, que hacen mucha compañía y que son nobles, eso, eso ya lo sabemos. Pero como algunas mañanas doy largos paseos con él, les voy a contar una cosa que le parecerá increíble, como me pasó a mi:
Yo creo que entiende cuando canto 'I’ll Follow the Sun', de los Beatles.
Felicidades, y viceversa Orfeo
Linkedin: Francisco Martínez Ruiz