
En los primeros seis meses de 2024, los españoles hicieron un total de 8.699 operaciones de pago con instrumentos distintos del efectivo, un 11,4% más que en el mismo periodo de 2023 y el importe abonado fue de 6,1 billones de euros, un 5,4% más que en el primer semestre de 2023.
Por volumen, los pagos con tarjeta aglutinaron el 64,2% del total de operaciones, mientras que las transferencias suponen el 16,3% del total. Atendiendo al importe de cada uno de los medios de pago, la situación es la contraria: las transferencias concentran el 88,4% del importe abonado en operaciones de pago sin efectivo, mientras que las tarjetas supusieron el 2,9% del total.
Esto indica que las tarjetas son el medio de pago más utilizado en España para realizar pequeños pagos, mientras que las transferencias se utilizan para operaciones de pago de mayor importe.
Los adeudos directos representan el 12,9% del número total de operaciones de pago y el 5,5% del importe total. Las operaciones con dinero electrónico suponen el 1,5% del número total de operaciones y el 0,1% del importe total. Las operaciones restantes corresponden a cheques, envíos de dinero, retiradas de efectivo con tarjeta y otros servicios de pago.
En el primer semestre de 2024, el número de operaciones de pago con tarjeta en España aumentó un 13,3% en comparación con el primer semestre de 2023, alcanzando los 5.562 millones de operaciones. El importe total de estas operaciones creció un 9%, situándose en 177.200 millones de euros, con un importe medio de aproximadamente 32 euros por operación, en línea con los 33 euros por operación del primer semestre de 2023.
Este importe medio es inferior al de los países de la zona del euro, que alcanzó los 39 euros por operación en el primer semestre de 2024. La proporción de operaciones remotas (iniciadas a través de internet o de un dispositivo que pueda utilizarse para la comunicación a distancia) y no remotas (presenciales), respecto al número de pagos con tarjeta, fue del 18,2% frente al 81,8%, respectivamente. En términos de importe, las operaciones remotas representaron el 28,4%, mientras que las no remotas el 71,6%. Estos porcentajes están en línea con los de los países de la zona del euro.
El número de tarjetas de pago creció un 4,5%, hasta 103 millones, lo que corresponde a una media de dos tarjetas por habitante.