
Era un hecho que se había anunciado, pero aún no era efectivo. Tras la absorción en diciembre de 2021 de la histórica Recreativos Franco -nacida en 1975- por parte del grupo murciano Orenes se preveía el traslado de su sede social y su fabricación de máquinas de juego y ocio a Murcia. Fue el lunes pasado cuando se produjo la comunicación al Registro Mercantil. De esta forma, Murcia se convierte en el epicentro nacional del ocio y el juego en España.
Este traslado, como se informó en el momento de la absorción, forma parte de un plan estratégico que pretende mejorar y optimizar la producción de máquinas recreativas, integrando plenamente las dos operativas: Orenes y Franco. Entre ambas se generan sinergias y este movimiento es entendido como fundamental para volver a Recreativos Franco a la senda de los beneficios. Solo en 2023, Franco registró unas pérdidas de 10,6 millones de euros tras unas ventas de 14,7 millones de euros, un 6,6% más que el año anterior.
Aun así, las deudas de la compañía fundada por los toledanos (Ajofrín) hermanos Joaquín (nacido en 1938 y ya fallecido) y Jesús Franco Muñoz (1942) se mantienen elevadas, por encima de los 41 millones de euros, si bien cerca del 78% (31,7 millones) estaban financiadas en 2023, frente a menos de 300.000 euros del año anterior.
Las primeras máquinas de juegos de azar con premios en metálico de Recreativos Franco se situaron desde un principio en bares y cafeterías de toda España y desde los años ochenta se colocaron en los principales casinos, salones y de juego y bingos de España y Europa, incluyendo Rusia. Fue en la década siguiente cuando dieron el salto con el montaje de una fábrica en Buenos Aires que permitió dar servicio a este tipo de establecimientos en América del Sur, al tiempo que continuaban su expansión por Europa.
Tras mantener una estrecha colaboración Orenes y Franco, como dos de los principales operadores del juego en España, en noviembre de 2021 se anunció la fusión, que se formalizó en los últimos días de ese mismo año. El precio pagado fue un simbólico euro, asumiendo las deudas que ya en ese momento tenía Recreativos Franco.