Martes, 28 de Octubre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNBajar al barro
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Ángel Morata

Bajar al barro

 

En el mundo empresarial, donde la toma de decisiones se guía por datos y estrategias cada vez más complejas y donde la realidad virtual ha pasado a un primer plano, se corre el riesgo de perder el contacto con la realidad operativa. Sin embargo, os daré una herramienta esencial y a menudo subestimada por muchos directivos, algo tan sencillo y útil como 'bajar al barro'.

 

Bajar al barro implica abandonar temporalmente la comodidad del despacho y sumergirse en las operaciones de la empresa. Es observar, aprender y entender de primera mano lo que realmente sucede en tu empresa, sin abandonar por supuesto ese análisis previo de indicadores será un complemento fundamental para ello.

 

Es imperativo que el CEO camine por su fábrica, campos, hospitales..., hable con sus empleados, les pregunte con humildad sobre los procesos que funcionan, y sobre aquellos que no funcionan. Estas interacciones te van a proporcionar un pulso real de la organización y te revelarán verdades que a menudo no llegan al comité de dirección, o si llegan, no lo hacen con la fuerza suficiente como para provocar cambios sustanciales.

 

Incorporar un día al mes para visitar tus instalaciones, hablar con los empleados y entender el funcionamiento real de la organización puede ser más valioso que una reunión interminable sobre opiniones y consideraciones que a veces pueden estar lejos de la realidad. La conexión directa con el equipo que está en el barro fomentará el respeto mutuo, la empatía y generará un ambiente de trabajo colaborativo.

 

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Es cierto que la agenda de un directivo está llena de compromisos ineludibles diarios y reuniones que valen más de lo que cuesta, y de reuniones (no nos engañemos) que cuestan más de lo que valen, pero incluir visitas regulares a tu planta de producción, tiendas, hospitales, centros…no debería ser una opción, sino una prioridad. No hay mejor forma de entender tu negocio que estar en el negocio. Un día al mes dedicado a este ejercicio puede generar un retorno de inversión incalculable. Además, no se trata de buscar momentos perfectos para visitar, avisando de que vas a ir. La clave está en hacerlo con frecuencia y espontaneidad. Las visitas programadas o anunciadas pierden el impacto transformador que estás buscando. En cambio, presentarse en momentos críticos o inesperados permite al directivo ver de qué está hecho realmente su equipo, de los problemas reales y en general de su organización. No acudas cuando haya pasado todo, acude cuando esté pasando todo.

 

Bajar al barro no siempre es una tarea fácil ni cómoda, lo sé, pero debes tenerlo en cuenta si quieres pasar de ser un autodenominado líder a un verdadero líder. Es en el barro donde se encuentran las verdaderas respuestas, donde se fortalecen los lazos con el equipo y desde donde surgen los verdaderos cambios organizativos. Los cambios deben producirse desde abajo hacia arriba, escuchando a tus empleados y escuchando a tus clientes.

 

La recomendación es clara: deja el despacho, baja al barro, escucha a tu equipo, y sé parte del latido de tu empresa.

 

 

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