8M, una fecha llena de ironía para la mujer trabajadora
Ah, el 8 de marzo, ese día del año en el que las mujeres de todo el mundo se visten de morado, levantan pancartas y se lanzan a las calles para celebrar el Día Internacional de la Mujer. Un día en el que, por fin, se nos permite recordar que somos más que sólo "la mujer de" o "la madre de".
Pero, seamos sinceras, ¿no es de chiste que tengamos que dedicar un día entero a recordar que existimos y que merecemos igualdad? ¡Qué divertido!
La historia del 8M es, en sí misma, un relato de ironía. Comenzó como una protesta por mejores condiciones laborales y derechos para las mujeres trabajadoras. Pero, en lugar de ser un día de reivindicación, se ha convertido en una especie de "Día de la Mujer" donde las marcas se lanzan a hacer campañas publicitarias llenas de flores y frases inspiradoras.
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¡Porque nada dice "te respeto" como un anuncio de perfume que dice "empodérate" mientras te invita a comprar un producto que, por cierto, no necesitas!
Y aquí estamos, en un mundo donde las mujeres luchan por sus derechos, y las empresas ven una oportunidad de marketing. ¿Quién necesita igualdad salarial cuando puedes comprar una camiseta que dice 'Girl Power' por el módico precio de 29,99 €.
¡Es casi como si nos estuvieran diciendo que el empoderamiento se puede comprar! ¿Y qué tal esos eventos de "mujeres en el liderazgo" donde solo hay una mujer en el panel y el resto son hombres? ¡Bravo! La representación es clave, ¿verdad?
Pero no todo son risas. El 8M también es un recordatorio de que, a pesar de los avances, aún hay mucho por hacer. La violencia de género, la brecha salarial y la falta de representación en posiciones de poder son solo algunos de los temas que aún nos persiguen.
Y mientras algunas personas se dedican a compartir frases motivacionales en redes sociales, las mujeres siguen enfrentando realidades difíciles. Es como si el mundo dijera: "¡Felicidades, mujeres! Pueden salir a marchar y ser escuchadas, pero no se olviden de volver a casa. La cena no está preparada.
Hablemos de las marchas. Ah, las marchas. Un evento donde las mujeres se reúnen para alzar la voz y exigir cambios. Pero, curiosamente, también se convierten en un espectáculo donde algunos hombres se presentan con carteles que dicen "Yo apoyo a las mujeres" y "No todas las mujeres son feministas". ¡Qué valientes!
Es como si quisieran un aplauso por simplemente no ser parte del problema. ¡Bravo, caballeros! Pero ¿dónde están cuando se trata de compartir la carga del trabajo doméstico o de apoyar a las mujeres en sus carreras?
La ironía del 8M también se manifiesta en la forma en que algunas mujeres se sienten presionadas a "celebrar" este día de una manera que les resulte cómoda. Algunas optan por quedarse en casa, mientras que otras se lanzan a las calles. Pero ¿quién decide qué es lo correcto? ¿Es más feminista marchar o quedarse en casa? La respuesta es simple: ambas opciones son válidas. Pero, por supuesto, siempre habrá alguien listo para juzgar.
Y así, el 8M se convierte en un día de contradicciones. Un día para celebrar los logros de las mujeres, pero también un día para recordar que aún queda mucho por hacer. Un día para alzar la voz, pero también un día en el que algunas personas prefieren ignorar el mensaje.
Así que sal a la calle, alza tu voz como mejor te venga en gana, y no olvides llevar tu mejor sonrisa. ¡Feliz 8M!
Linkedin: Pura Hernández-Gil



