El Banco de España ha revisado al alza el crecimiento del PIB para este año situándolo en el 2,7%, dos décimas más que en su anterior pronóstico en diciembre. A ello ha contribuido el mejor comportamiento de las rentas de los hogares, lo que se traducirá en un aumento del consumo.
En sentido negativo ha elevado hasta en cuatro décimas la previsión de inflación de este año, previendo un IPC anual del 2,5%, por encima del objetivo de las economías europeas de mantenerlo en el 2%. Las subidas de los precios estarían nuevamente provocadas por el encarecimiento de la energía que se está produciendo en estos primeros meses del año.
En cualquier caso, el Banco de España advierte de que estas proyecciones para la economía española -al igual que las previstas para la economía mundial y europea- están sometidas “a una extraordinaria incertidumbre y presentan riesgos a la baja en términos de crecimiento económico”.
Las previsiones presentadas hoy no contemplan aún las consecuencias que puedan tener para la economía la aplicación de los aranceles anunciados por Donal Trump ni tampoco un aumento en los gastos en Defensa.
De cara a los próximos años, el organismo regulador no aprecia cambios a lo anteriormente pronosticado y contempla un crecimiento del PIB en 2016 del 1,9% y una baja de la inflación al 1,7%; y un PIB del 1,7% en 2027 y otro repunte de la inflación al 2,4%.