
El 40% de los 11.313 km2 que componen la Región de Murcia estarían dedicados al cultivo de la tierra. Es uno de los porcentajes más altos de las 17 comunidades autónomas españolas, solo superado por Castilla-La Mancha (46,2%); pero al mismo tiempo es también el segundo territorio español con mayor proporción de superficies abandonadas y sin aprovechamiento (el 33,2% del terreno agrícola). El primero es Galicia, 35,7%.
Así, si la superficie cultivable ocupa algo más de 450.000 hectáreas en la Región, hay cerca de 150.000 que no presentan ningún uso, un tercio. La principal razón es fácilmente renocible: la falta de recursos hídricos y, en muchos, la ausencia de relevo generacional en el campo.
Son datos que aporta el Informe 2025 Cocampo sobre la Estructura del Suelo Rústico en España, elaborado por uno de los portales de referencia para la compraventa de fincas rústicas.
La superficie total de la Región de Murcia, 1,1 millones de hectáreas, representa aproximadamente el 2,2% del total nacional (50,6 millones de hectáreas). En el conjunto del país, el terreno de monte ocupa 19,5 millones de hectáreas (38,5%). En segundo lugar se encuentran las tierras de cultivo, que ocupa una superficie de 16,7 millones de ha, lo que equivale al 33% del total. Dentro de esta categoría, la tierra arable, que engloba cultivos herbáceos y barbechos, representa el 66,6% de la superficie total de tierras de cultivo y dispuso de 11,1 millones de ha. Después, están los cultivos leñosos, con 5,4 millones de hectáreas (el 32,5% de la superficie).
Las llamadas ‘otras tierras de cultivo’, que incluyen los huertos familiares para autoconsumo y los invernaderos vacíos, ocupaban en 2024 158.600 hectáreas, lo que equivale al 0,9% de esta superficie.
Existe aún un tercer uso del suelo, que corresponde a prados y pastizales, en torno a los 8,5 millones de hectáreas, el 17% de la superficie nacional.
El portal Cocampo utiliza el Instituto Nacional de Estadística para explicar que en 2024, se transmitieron 447.868 fincas rústicas en España (13.133 en la Región de Murcia), de las que 176.932 fueron por herencia, 155.876 por compraventa (5.675 en Murcia, 11% más que un año antes), 96.971 por otros tipos de transmisión, 15.595 por donación y 2.494 por permuta. La herencia continuó siendo la principal razón por la que se transmiten fincas rústicas en el país, lo que incrementa el riesgo de fragmentación del suelo rústico.
Las compraventas de fincas rústicas aumentaron un 4,3% con respecto al año anterior y crecieron un 10,5% desde 2019, es decir, antes de la pandemia. Aunque el mercado comenzó el 2024 marcado por las movilizaciones agrarias, lo que generó incertidumbre y desincentivó la inversión durante los primeros meses del año, se observó una recuperación en los meses siguientes que se tradujo en un buen cierre de ejercicio.
Cocampo estima que la compraventa de fincas aumentará por encima de un 30% durante esta década con respecto a la anterior, por lo que alcanzará la cifra de 1,59 millones de operaciones. Si se mantienen las tendencias actuales, durante los próximos cinco años (2025-2029), se comprarán 839.468 fincas rústicas en España, un 52,9% de las operaciones estimadas por la plataforma para esta década, y un 25,8% más que en el periodo de 2015 a 2019.
Una de las explicaciones que dan a estos previsibles crecimientos es que a la transmisión de una finca por herencia le sigue la venta por parte de los herederos.
Por último, el estudio aborda el precio medio del suelo rústico en España, que en 2023 (últimos datos disponibles) se situó en 9.967 euros por hectárea, lo que representa una revalorización del 10,7% en relación con 2020, cuando el valor promedio fue de 9.007 euros por hectárea. En comparación con 2022, el precio del suelo agrario subió 379 euros por hectárea, un incremento del 4,0%.
Y aquí, la Región de Murcia vuelve a romper estos datos nacionales con un precio medio por hectárea de 32.491 euros, multiplicando por 3,3 la media nacional y se sitúa como la comunidad peninsular con el mayor coste del suelo rústico. En el conjunto de España solo le supera (por razones obvias) Canarias, con un precio de 146.885 euros/ha.