Miércoles, 17 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNLa negociación sostenible: un camino hacia el bienestar común
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María José Rosique Conesa

La negociación sostenible: un camino hacia el bienestar común


La negociación es una constante en nuestras vidas. Desde conversaciones cotidianas con familiares o amigos, hasta los procesos más complejos en las organizaciones, estamos en un constante proceso de negociación. Y es que, al final del día, todos buscamos acuerdos que nos beneficien a nivel personal, pero también colectivo. Sin embargo, en un mundo cada vez más interconectado y consciente de su impacto, surge una pregunta fundamental: ¿cómo hacemos que estos procesos de negociación sean sostenibles?

 

La negociación sostenible va mucho más allá de obtener un beneficio económico o material inmediato. Implica una mirada integral, que considere no solo el interés económico, sino también el bienestar emocional, social y humano de todos los involucrados. Este tipo de negociación busca crear acuerdos basados en valores fundamentales como el respeto, la equidad y la empatía, promoviendo relaciones de confianza y cooperación que perduren en el tiempo. En lugar de ver la negociación como un simple intercambio de recursos, se convierte en un proceso de crecimiento mutuo.

 

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El humanismo en las organizaciones juega un papel esencial en este enfoque. Al poner al ser humano en el centro de las decisiones, las organizaciones buscan priorizar las necesidades, valores y aspiraciones de las personas. De esta forma, los negociadores no solo tienen que estar bien informados, sino también ser capaces de escuchar activamente, reconocer la diversidad de perspectivas y, sobre todo, promover un ambiente donde la cooperación y el respeto sean la norma.

 

Es aquí donde entra en juego la importancia de construir relaciones de confianza a largo plazo. Los acuerdos sostenibles no buscan soluciones rápidas o que favorezcan solo a una de las partes. En lugar de caer en una dinámica competitiva, la negociación win-win o “ganar-ganar” es el objetivo primordial: ambos actores deben salir beneficiados. Esto, claro, requiere una disposición a adaptarse a los cambios y necesidades de todos los involucrados, asegurando que los acuerdos puedan mantenerse flexibles y válidos a lo largo del tiempo.

 

Ahora bien, para que todo esto funcione, es necesario contar con un negociador que posea una serie de virtudes y habilidades clave. Entre ellas, destacan la empatía, la escucha activa, la integridad, la paciencia, la creatividad y, por supuesto, la flexibilidad. Un buen negociador no solo debe ser capaz de lograr acuerdos beneficiosos, sino también de gestionar conflictos y construir relaciones de largo plazo basadas en la confianza y el respeto mutuo.

 

Pero ¿cómo mejorar y desarrollar estas virtudes? No basta con desear ser un buen negociador; se requiere un enfoque consciente y la práctica constante. Es fundamental mantener una actitud abierta al aprendizaje, trabajar en la autocomprensión y la autorregulación emocional, y tener siempre presente que el crecimiento personal y profesional son la base para una negociación efectiva y sostenible.

 

En un mundo cada vez más interconectado, donde las decisiones de hoy impactan a las generaciones futuras, es más importante que nunca que nuestras negociaciones estén guiadas por los principios de humanismo, ética y sostenibilidad. Como dijo Nelson Mandela: “Lo que cuenta en la vida no es el simple hecho de haber vivido. Es el cambio que hemos provocado en la vida de los demás lo que dará sentido a la vida.” La clave está en formar negociadores conscientes, comprometidos con el bienestar común y con una visión a largo plazo.

 

Linkedin: María José Rosique Conesa

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