
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo decidió este jueves bajar los tres tipos de interés oficiales en 25 puntos básicos. En consecuencia, los tipos de interés aplicables a la facilidad de depósito, las operaciones principales de financiación y a la facilidad marginal de crédito disminuirán hasta el 2,25% y el 2,40% y el 2,65%, respectivamente, con efectos a partir del 23 de abril de 2025.
En tanto la economía europea está rebajando su inflación hacia el objetivo del 2%, con esta medida se hace frente también a una posible contención en el crecimiento debido a la aplicación de aranceles a las exportaciones a Estados Unidos.
En el BCE explican que las perspectivas de crecimiento se han deteriorado debido al aumento de las tensiones comerciales y una mayor incertidumbre podría reducir la confianza de los hogares y de las empresas, y es probable que la respuesta adversa y volátil de los mercados a las tensiones comerciales dé lugar a un endurecimiento de las condiciones de financiación. Estos factores podrían lastrar adicionalmente las perspectivas económicas de la zona del euro.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, explicó que “las disrupciones del comercio internacional, las tensiones en los mercados financieros y la incertidumbre geopolítica están afectando negativamente a la inversión empresarial. Los consumidores, cada vez más prudentes respecto al futuro, también podrían contener su gasto”. En sentido positivo destacó que al mismo tiempo, la economía de la zona del euro ha acumulado cierta fortaleza frente a las perturbaciones mundiales. La economía habría crecido en el primer trimestre del año y el sector manufacturero ha mostrado señales de estabilización. El desempleo se redujo hasta el 6,1% en febrero, su nivel más bajo desde la introducción del euro. Un mercado de trabajo sólido, el aumento de las rentas reales y el impacto de nuestra política monetaria deberían sostener el gasto. Las importantes iniciativas puestas en marcha a nivel nacional y de la UE para aumentar el gasto en defensa y en infraestructuras deberían impulsar las manufacturas, como también se refleja en las últimas encuestas.