Casi el 20% de las empresas españolas emplea sistemas de Inteligencia Artificial (IA), una tasa inferior a la de Alemania, pero que sí es superior a la de países como Italia.
No obstante, en la mayoría de empresas que ya emplean la IA (el 60%), su uso se encuentra aún en una fase experimental, según un estudio reciente del Banco de España.
La adopción de la IA es mayor en servicios tecnológicos y en empresas grandes, productivas y jóvenes. Los principales obstáculos son la falta de mano de obra cualificada, los altos costes de implantación y la indisponibilidad de datos.
Las empresas españolas usan la IA principalmente para optimizar procesos internos y en marketing, y la automatización de tareas y la innovación tienen un uso limitado. El 80% de las empresas cree que la IA no afectará al empleo, pero las que ya la usan esperan un impacto positivo.
Cuanto más grande, más uso de IA
Entre las empresas que operan en una misma rama de actividad, el uso de la IA está positivamente vinculado con la productividad y el tamaño de la empresa, y el estudio observa una adopción notablemente más elevada en el grupo de empresas con más de 250 empleados.
Además, la adopción de la IA está asociada con la presencia de activos complementarios, aproximados a través del porcentaje de activos intangibles en el capital total de la empresa. El uso de la IA es más probable en aquellas empresas con mayores infraestructuras y capacidades digitales y con mayor presencia de personal ligado a las nuevas tecnologías.
Por su parte, las empresas más jóvenes tienden a mostrar una mayor tasa de adopción de la IA, ya que son más propensas a experimentar con soluciones innovadoras, al disponer de menos sistemas y procesos heredados que pueden obstaculizar la adopción de nuevas tecnologías.
