
En la era digital, el dinero en efectivo continúa siendo necesario. Desde el Banco de España se explica que los billetes incorporan, desde su diseño hasta su fabricación, los últimos desarrollos tecnológicos para ser más seguros, duraderos y sostenibles. Son productos industriales de alta tecnología en constante evolución. En el Banco de España también se trabaja en el diseño de los billetes del futuro.
El reciente apagón eléctrico mostró que el efectivo y los billetes siguen siendo indispensables. Estos medios de pago tradicionales son, al mismo tiempo, verdaderas maravillas en la vanguardia tecnológica. La tecnología aplicada en el diseño, fabricación, circulación entre el público y reciclaje de los billetes en euros los hace duraderos, sostenibles y extremadamente seguros. ¿Qué tecnologías avanzadas están detrás de cada billete?
Los billetes utilizan colores y texturas para ser fácilmente reconocibles por todos, especialmente por personas con problemas de visión. Además, incorporan elementos de seguridad avanzados, como holografías realizadas por láser, cambios de color con tintas especiales, tintas con relieve detectable al tacto, y propiedades infrarrojas y ultravioletas que permiten los pagos automáticos a través de máquinas. Están hechos de materiales con propiedades físicas y químicas especiales que los hacen resistentes al agua, al calor y a otros agentes externos, lo que ayuda a que sean difíciles de falsificar y duren mucho tiempo en buen estado.
La tecnología detrás de un billete en euros a lo largo de todo su ciclo de vida es comparable a la de otros productos industriales, como coches u ordenadores, y es esta tecnología la que hace de los billetes un medio de pago seguro, eficaz y adaptado a las necesidades modernas de la sociedad.
Respecto al diseño, el Banco de España y la Universidad Politécnica de Valencia han desarrollado la metodología Neurocash®, que emplea las últimas tecnologías de neurociencia e inteligencia artificial para medir el comportamiento humano y analizar sus reacciones, la atención visual, la percepción de la tactilidad y, en definitiva, la interacción de los usuarios con el efectivo. Mediante esta metodología es posible conocer la percepción del público sobre el efectivo de una manera objetiva y científica: no solo sus respuestas conscientes, sino también las inconscientes, que son más fiables a la hora de comprender preferencias. Esta metodología permite que el efectivo del futuro sea más atractivo, seguro y con un diseño sencillo y fácil de usar.
Mediante el ecodiseño, se busca reducir el impacto de los billetes en el medio ambiente, empleando la energía más verde (de fuentes naturales renovables y con impacto ambiental bajo) en todo el ciclo del efectivo, y las materias primas y procesos de la opción más sostenible. Todas las materias primas cumplen con la normativa europea de seguridad e higiene. E incorpora uno de los principios clave de la economía circular, al utilizar como materia prima lo que otros sectores productivos desechan: los billetes se fabrican a partir de algodón no válido para la industria textil.
En cuanto a la fabricación, la era digital ha supuesto un avance en la manera en que se imprimen los billetes, tanto en la fabricación de las planchas como en las propias máquinas de impresión. En general, la cadena de producción se ha automatizado reduciendo así la manipulación manual y, por tanto, incrementando la seguridad, tanto para el operario como para el billete.
En los ensayos de control de calidad final del billete se simulan situaciones cotidianas de uso como, por ejemplo, calor extremo, doblado, lavado accidental en la lavadora, planchado accidental o sudor, para conseguir fabricar un billete que sea resistente y duradero.
Las máquinas de impresión incorporan, además, diferentes controles de calidad en línea y final para garantizar su seguridad y durabilidad. El análisis de datos y la resolución de problemas se realiza casi de manera inmediata.
Esta revolución digital es la que permite que usemos nuestros billetes en máquinas de vending y parquímetros, por ejemplo, que identifican y autentifican los billetes sin necesidad de intervención humana.
Respecto a las medidas de seguridad, los billetes en euros van incorporando en elementos mejorados los avances de la tecnología y del ámbito de la seguridad, haciendo su falsificación cada vez más difícil. Estos elementos son legibles por las máquinas y dispositivos, y reconocibles fácilmente por el público con el método 'toque, mire, gire'. Por ejemplo, el holograma con ventana, creado con técnicas de grabado láser, ofrece efectos de cambios en imágenes y colores al girarlo. Cualquiera puede comprobar, al mirar al trasluz los billetes de 20, 50, 100 y 200 euros de la serie Europa, que hay una ventana trasparente donde ver una imagen de la mítica princesa Europa.
El número verde esmeralda, que indica el valor del billete, ofrece un cambio dinámico de color. Mediante pigmentos especiales de la tinta, produce un reflejo metálico que se desplaza verticalmente y, al girar el billete, cambia su color del verde esmeralda al azul oscuro.
Y para el momento de fin de vida de los billetes que no son aptos para circular, se trabaja en alternativas de reciclado que reduzcan su impacto ambiental. Actualmente se lleva a cabo la valorización energética de estos billetes, que significa que se incineran y se recupera energía de ellos.