
Desde 2014, después de la conocida como Gran Recesión tras 2008, y con la excepción de 2020 por la pandemia, la economía española muestra un crecimiento superior a muchos de los países europeos. A diferencia de periodos anteriores, estos últimos años el crecimiento económico ya no ha ido acompañado de una reducción de la productividad, que ha mejorado, salvo en los años de la crisis sanitaria, al tiempo que se creaba empleo.
En este sentido, en el primer trimestre de 2025 la economía española continúa con un crecimiento del PIB robusto del 3,1% en tasa interanual. Pero el crecimiento se ha desacelerado ligeramente en comparación con los trimestres anteriores, en los que crecía por encima del 3,5% interanual, y la aportación de la productividad total de los factores también.
El último número del ‘Rastreador de la Productividad’, programa de la Fundación BBVA en colaboración con el Ivie, se ha publicado con los datos disponibles más recientes sobre productividad en España, los que corresponden al primer trimestre de 2025. La productividad total de los factores (PTF) –un indicador sintético de la eficiencia productiva–, ha crecido un 0,9% en tasa interanual en este período, un 38% inferior al del conjunto de 2024, y a una tasa similar a la de 2023.
El empleo (horas trabajadas, en términos desestacionalizados) ha seguido creciendo con intensidad, a una tasa interanual por encima del 2%, en línea con la evolución de 2023 y 2024. Este buen comportamiento también se observa en el caso de la inversión, que sigue creciendo por encima del 4%, como ya ocurría en el trimestre anterior, superando las tasas observadas en la primera parte de 2024. La mayor acumulación de la inversión ha sostenido el crecimiento importante del stock de capital del 2,5% en el primer trimestre de 2025, que ya se mantiene por encima del 2% durante cuatro trimestres consecutivos.
El aumento de la PTF en el primer trimestre de 2025 ha sido intenso en el sector primario (3,5%), y más moderado en los servicios (1,0%) y las manufacturas (1,0%). En la energía y en la construcción se redujo un 2,5% y 1,1%, respectivamente. En ambos sectores el resultado viene determinado por la intensa creación de empleo, que reduce su productividad (-5,5% y -1,9%, respectivamente).