
A falta de dos semanas para que se celebren las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU, antigua Selectividad) y a cuatro meses vista del inicio del próximo curso escolar, ya comienza el auténtico drama para las familias; y éste no son únicamente los nervios, las notas de corte y los numeros clausus, puede que tampoco sea siquiera el precio de las matrículas en las universidades públicas o la privada… El drama es el alojamiento para aquellos alumnos con su residencia alejada del centro universitario.
Un estudio de Atlas Real Estate Analytics señala a Murcia, con dos universidades, como la segunda ciudad española donde es más difícil encontrar una residencia universitaria. La proporción entre demanda y oferta es de 21,83. Es decir, casi 22 universitarios pugnarán por cada una de las plazas conocidas como PBSA, unas siglas en inglés que traducido significa Alojamiento de Estudiantes de Diseño; y que sencillamente son alojamientos construidos o diseñados específicamente para estudiantes, con alojamiento, instalaciones y servicios adicionales como restauración, salas de estudio y en algunos casos oferta de ocio.
El mismo estudio muestra que en una situación peor que Murcia se sitúa Girona, donde la proporción es 28-1 y en tercer lugar La Coruña (21-1). En el caso de la Cartagena, la proporción es ligeramente inferior, pero aún entre las diez ciudades españolas con una gran demanda y poca oferta (16-1).
La Universidad de Murcia cuenta con un número en torno a los 34.000 alumnos; y la UCAM supera los 21.000. Entre ambas rondan los 55.000. De todos ellos, en torno a 17.000 estudiantes de grado y erasmus optarían, si lo hubiera, por una plaza en una residencia, pero estas apenas se acercan a las 800, que no llegan ni al 1% de las 108.600 que hay en el conjunto de España.
En el caso de Cartagena, la UPCT congrega unos 4.500 alumnos y el número de plazas en residencias de estudiantes supera por muy poco las 250.
Afirman los autores del estudio que el sector de residencias de estudiantes en España se encuentra en un punto de inflexión; y que lo que antes se consideraba un segmento de nicho, hoy gana fuerza como una alternativa moderna y competitiva al mercado tradicional del alquiler. Y no sería para menos en un entorno donde la oferta de alquiler urbano está en mínimos históricos. De ahí que las residencias de estudiantes de nueva generación emergen como una opción más asequible, de calidad, estable y centrada en los servicios que demandan los estudiantes.
Respecto a los precios, si bien hay diferencia de hasta un 25% entre ciudades y residencia, el medio en España es de 914 euros/mes con el ‘todo incluido’.