Treinta años y un día: el de ayer con Fernando Díaz Villanueva y Portavoz
Nos convocaba este lunes la agencia Portavoz, como parte de un conjunto de acciones para celebrar sus 30 años de existencia, que se dice pronto. Nos convocaba, digo, a una conferencia del experto en comunicación y medios digitales y escritor Fernando Díaz Villanueva.
Tras la introducción de Carlos Recio, director general y fundador de la empresa, comenzó la intervención de Díaz Villanueva. El salón de actos de la Cámara de Comercio de Murcia abarrotado y junto a Carlos parte de su equipo: Daniel Morote, Javier Franco...
Lo primero que debo señalar es que se trató de todo menos de lo que en el sentido más enrobinado del término se entiende por conferencia. Más exactamente, en mi opinión, Díaz Villanueva nos atrapó durante 45 minutos con una reflexión definitivamente magistral sobre lo que era la producción informativa en los años noventa -que situó precisamente en 1995, año de la fundación de la agencia anfitriona- y su evolución hasta el día de hoy.
Y la navegación que realizó sobre el paso de la era del papel y de la televisión convencional, a la era digital y de las redes sociales la pilotó con una claridad expositiva, con tal profusión de datos, con una coherencia y un estilo que logró que lo que no lo era, pareciera refrescantemente espontáneo. Fue la exposición de un historiador, pero no una clase de Historia.
En resumen, Villanueva nos lanzó un mensaje de optimismo sobre las bondades de esta era digital, con sus riesgos, frente a los agoreros que la sitúan como uno de los males de nuestro tiempo. Desbrozó adecuadamente el uso malicioso de estos medios, frente al inmenso caudal informativo del que hoy disponemos todos, al instante y a coste prácticamente cero en la generalidad de los casos.
Naturalmente, abordó el ya menos fascinante y novedoso tema de la IA afirmando que se trata de un avance irremediable en su expansión, sintético en su contenido, y para nada reductor de las capacidades cognitivas de los usuarios.
Pero también señaló, en un giro argumental muy bien construido, que los humanos preferimos comunicarnos con humanos y que por esa misma razón no concibe un programa de radio, una tertulia, hecha con robots. Sonaría como un call center operado en Guatemala. Y tiene razón. Nos habló también de su próximo libro, dedicado al pesimismo. Recordé entonces un libro que me regaló mi buen amigo Dionisio Escarabajal: 'El manual del pesimista', de Eric Marcus.
Fueron tantos los temas que consiguió sintetizar en esos tres cuartos de hora de la forma en que sólo un excelente comunicador puede hacerlo. Pero no basta con el adecuado uso del lenguaje, es necesario que el contenido tenga molla y solvencia. Y es lo que nos ofreció.
De tal modo que pudo esquivar con eficacia la famosa frase de que “el orador que no mueve los corazones, mueve las sillas”.
Ayer, después de 30 años y un día, Díaz Villanueva nos dejó muy agradablemente quietos en las butacas de la Cámara de Comercio de Murcia. No suele ocurrir.
Linkedin: Francisco Martínez Ruiz