Sábado, 06 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNDios, España y familia
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Carlos Conesa Fontes

Dios, España y familia

 

Hoy hubiera cumplido 101 años el padre de unos buenos amigos. No tuve la suerte de conocerlo personalmente, pero tiene mi total y absoluto cariño y admiración por su legado y por sus enseñanzas. Su principal herencia son sus cuatro hijos. Nunca he visto hermanos más unidos. En mi casa también somos cuatro hermanos -y afortunadamente muy bien avenidos-, pero lo de estos cuatro hermanos es, sin duda, excepcional, de matrícula de honor.

 

Mantuvo la lucidez hasta el final de sus días y falleció en septiembre pasado después de un par de entradas y salidas del hospital. En uno de esos momentos, rodeado de sus cuatro vástagos, les dijo: “Hijos míos, recordad y defended lo que os he enseñado: Dios, España y Familia, manteneos siempre unidos”.

 

Dios. Hay cientos de miles de estudios sobre individuo y religión y su interrelación. Hace poco, buceando por la red, me encontré con uno más o menos reciente, del año 2023, 'Keep the Faith: Mental Health in the UK', que concluye que las creencias religiosas parecen ir ligadas a más felicidad, confianza frente al futuro, optimismo, capacidad de superación y, en general, mayor salud mental y emocional. En concreto, casi tres de cada cuatro británicos con religión (73%) dijeron que tenían "buen bienestar psicológico". Entre los ateos, sólo la mitad de ellos lo decía (un 49%). Y preguntados por su felicidad, de nuevo tres de cada cuatro creyentes (76%) dijeron ser felices, mientras que apenas un poco más de la mitad de los ateos declaraba serlo (un 52%). Si usted se encuentra en el 49% o en el 52%, mi más sincera enhorabuena.

 

Pero, sin embargo, resulta evidente que no iba mal encaminado el padre de mis amigos con el consejo que daba a sus hijos. Por favor, querido lector, crea usted, en lo que usted quiera, en Jesús, en Buda, en Yahveh, en Ahura Mazda, en un ente creador o en la Ley Natural…, pero crea. Esto le hará ser más feliz y hacer la vida más feliz a los que le rodean.

 

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Y si usted tiene la fe de sus antepasados -la Fe Católica- no se avergüence, de testimonio y siéntase orgulloso, participe en la vida de su parroquia, hágase cofrade, colabore con Jesús Abandonado, haga apostolado..., cualquier opción es buena. Es cierto que la Iglesia Católica ha tenido sombras a lo largo de la historia y que algunos de sus miembros son noticia por actos inmundos, pero lo que no sale en primera plana -y debería- es la enorme, humilde y callada labor que hacen los misioneros por todo el mundo, Caritas Diocesana -atendiendo a millones de personas en situación de pobreza y exclusión social-, por no hablar de la atención en centros hospitalarios y otros cientos de actuaciones silenciosas. Por cierto, esos actos inmundos se producen en todos los ámbitos sociales, desde entrenadores deportivos, pasando por profesores, por tatuadores, etc., etc., e incluso entre los prebostes más destacados de algunos partidos políticos. Echo de menos a las 'feminazis' que no han salido a la calle para poner voz en grito ante el reparto de señoritas que hacían de forma impúdica los miembros de la 'Banda del Peugeot', tratando a las chicas como ganado. ¡Cuánta hipocresía!

 

España. ¡Ay, España! Somos la nación que más ha influido en la historia universal junto con la Grecia y la Roma clásicas, siendo sus descendientes directos y vehículo transmisor del pensamiento judeo-cristiano hasta nuestros días, que ha permitido a Europa y al mundo occidental ser lo que somos. En primer lugar, gracias a nosotros, en Europa no se habla árabe, ni estamos bajo su 'cultura' -me cuesta calificarla de cultura-, pues pusimos pie en pared -desde Covadonga hasta vascongadas- y fuimos la resistencia que durante ocho siglos evitó que nos convirtiéramos en 'Eurabia' (Oriana Fallaci dixit), aunque creo que, lamentablemente, queda poco para que esto se revierta.

 

Descubrimos el nuevo mundo llevando la educación y la sanidad a Hispanoamérica. Las primeras universidades y hospitales del continente americano fueron fundadas por españoles -por mucho que les pese a los propagandistas de la leyenda negra- y a diferencia de otras naciones como, por ejemplo, la inglesa, fuimos los primeros en abolir la esclavitud y en permitir el mestizaje a través del matrimonio entre españoles e indígenas.

 

Somos la nación de La Escuela de Salamanca, en la que pensadores de la altura de Francisco de Vitoria, Juan de Mariana o Domingo de Soto sentaron las bases para el desarrollo del derecho internacional, los derechos humanos y la economía de mercado. Somos la nación de Gonzalo Fernández de Córdoba 'El Gran Capitán', de Blas de Lezo, de Álvaro Bazán, de los Tercios de Flandes. Somos la nación de Cervantes y del siglo de oro, de Velázquez, El Greco, Goya, Picasso, Sorolla, de Miguel Servet, Severo Ochoa, Ramón y Cajal y Ortega y Gasset, e incluso, por qué no, de Antonio Banderas, Morante, Rafa Nadal, la Selección de futbol -me niego a llamarla La Roja- o de Carolina Marín…, por ello, tenemos motivos históricos, actuales y a futuro para sentirnos orgullosos de nuestra patria y defenderla, tanto de sus enemigos externos como internos.

 

Y haciendo una breve incursión en los internos, resulta lamentable que, por culpa de un felón, psicópata, ignorante y sin escrúpulos, los designios de este gran país se encuentren secuestrados por un millón y medio de votos de nacionalistas, xenófobos e independentistas a los que -para mayor vergüenza- les estamos pagando la fiesta con nuestros impuestos. Por contraposición a este dislate, alzo mi copa por el padre de mis amigos y por España y trascribo en extracto el final del brindis de los Tercios: ¡Por España, y el que quiera defenderla, honrado muera! ¡Y el traidor que la abandone, no tenga quien le perdone…!

 

Familia. Una familia estable proporciona apoyo emocional, fomenta el desarrollo de la personalidad, transmite valores y normas sociales, y actúa como un refugio seguro y confiable. Además, la familia es fundamental para la construcción de la identidad, la autonomía y la proyección social de sus miembros, y por ello resulta absolutamente necesario limpiar los presupuestos públicos de partidas extravagantes y ridículas, cuyo único ánimo es el voto cautivo, y destinar los recursos a fomentar políticas de natalidad y de protección y proyección de la familia.

 

Si uno tiene la suerte de disfrutar de unos padres que se quieren y predican con el ejemplo, de contar con unos hermanos que son un apoyo ante cualquier avatar de la vida y de ampliar la familia con una persona con la que se comparten principios y valores, continuando la transmisión de los recibidos a las nuevas generaciones que, complacido, compruebas que los acogen, los hacen propios y serán nuevos propagadores, entonces, querido amigo, entonces -tal como dice “mi viejo profesor”-, como “el final depende del principio”, si tienes fe -y das testimonio-, amas a tu patria -y la defiendes-, y tienes una familia -y luchas día a día por su bienestar y su unión-, has sentado los cimientos para alcanzar una vida plena.

 

P.D. A mis buenos y queridos amigos, los hermanos C. G.

 

Linkedin: Carlos Conesa Fontes

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