
Precisamente cuando el habitual calor de julio se ha adelantado a junio y aumenta la demanda de alimentos refrescantes, ese calor casi extremo está limitando la oferta. Este es el caso de la producción de sandía en la Región, tercera provincia española en volumen.
La cosecha ya comenzó con retraso debido a las continuas lluvias del pasado marzo; y una vez el fruto listo para recoger, ni sus calibres ni el rendimiento de la planta ha dado los resultados deseados. Este es el resumen que hace el responsable de la cooperativa Alimer, Jesús Abenza, en declaraciones recogidas por Freshplaza.
El calor adelantado ha impedido que las plantas de sandía cuajaran todos sus brotes y éstas tampoco presentan los calibres óptimos, por lo que están cosechando frutos de pequeño tamaño que no convencen a todos los consumidores (a excepción de los europeos) y menos aún a los agricultores. En realidad tiene el mismo coste la producción por hectárea de plantas perfectamente cuajadas y fruto grande que otra con menos producción, pero lógicamente el rendimiento no es el mismo.
El inminente mes de julio aportará más frutos al mercado, pero su volumen tampoco será el esperado y los agricultores ya temen que no se alcancen en la actual campaña las 178.000 toneladas que de media se venían produciendo en la Región en los cinco últimos años.
Como se ha señalado, las altas temperaturas que se están registrando tanto en España como en el resto del continente provocan que los consumidores generen una alta demanda de este fruto, lo que está elevando sus precios y es esta la única recompensa que le queda al agricultor.
Así, mientras en estas fechas del pasado año se estaba pagando al agricultor una media de 33 céntimos por kilo de sandía, el precio medio en estas semanas de 2025 es de 71 céntimos.