Lionel Richie en Murcia: calor, éxitos y una sonrisa que nunca se apaga

Hay noches que no se olvidan. Y la de ayer miércoles en la Plaza de Toros de Murcia fue una de esas. Lionel Richie abrió en la ciudad los conciertos españoles de su gira, Say Hello to the Hits, y lo hizo como lo que es: una leyenda viva… pero también un tipo encantador, divertido, cercano. Uno de esos artistas que parecen disfrutar tanto como el público. O más.

Antes de continuar con la crónica, hay que decirlo claro: Murcia On, el ciclo impulsado por Ibolele Producciones, ha convertido la ciudad en parada obligatoria para artistas que hace unos años eran, sencillamente, imposibles de imaginar aquí. Lo de anoche no fue casualidad. Fue fruto de una apuesta seria, y muy bien hecha. No podemos olvidar que Lionel Richie es un artista reconocido internacionalmente, que ha vendido más de 125 millones de álbumes y ganado numerosos premios, entre ellos cuatro Grammy, dieciséis American Music Awards, un Óscar y un Globo de Oro. Y lo hemos tenido aquí, en la Plaza de Toros de Murcia, metiéndose al público en el bolsillo como pocas veces he visto, a base de simpatía y de profesionalidad.

El concierto empezó a las 21:36, con un calor brutal —lo comentó él mismo, entre bromas— pero a nadie parecía importarle. Richie salió con todo: impecable de voz, en plena forma física, y sin parar de moverse por el escenario, animando, dirigiendo al público, lanzando guiños. Un showman total, sin artificios.

Tocó todos los grandes temas que uno quiere escuchar en un concierto suyo: Penny Lover, Stuck on You, You Are, Truly, Three Times a Lady, Say You, Say Me... y, por supuesto, Hello, que abría el concierto y fue como parar el tiempo.

En Endless Love explicó —entre risas— que Diana Ross había dicho que “con este calor, ni hablar de venir a acompañar, a pesar de que llevaba 42 años pidiéndole que le acompañara”, y pidió al público que hiciera de pareja vocal. Lo acompañamos encantados. Igual que en We Are the World, coreada como el himno global en el que se convirtió a mediados de los años 80.  Y el final, All Night Long, fue una celebración total. No hubo ni un segundo de bajón. El público se conecto con el “Hello” con el que empezaba el concierto, y se fue con una gran sonrisa que, a buen seguro, duró, al menos, toda la noche.

El setlist, bien equilibrado, fue una montaña rusa de emoción, nostalgia, ritmo y buen rollo, con un sonido impecable. Richie no solo canta. Acaricia las canciones. Las disfruta. Y te invita a hacerlo con él.

Lo de anoche no fue solo un concierto. Fue un reencuentro. Con una parte de nuestra memoria. Y con un artista que no necesita demostrar nada… pero lo demuestra todo, cada vez que se sube a un escenario.

Y todo empezó aquí. En Murcia. Que no es ya “la ciudad donde de vez en cuando tocan cosas”, sino donde empiezan las cosas grandes.

Linkedin: Rafael García-Purriños