
Cuando no se apaga el debate ni se frenan los recursos contra la negativa del Gobierno de España a la construcción de un megapuerto para contenedores en la costa de El Gorguel, en Cartagena, un nuevo puerto en Marruecos se erige como una segunda alternativa más económica al tráfico internacional de buques.
Marruecos inauguraba en 2007 el puerto de Tánger, lo que supuso el inicio de una dura competencia a las grandes instalaciones portuarias para el tráfico de contenedores de Algeciras y Valencia, entre otras españolas. El siguiente revés se producirá en los primeros meses de 2027 cuando, de nuevo Marruecos, prevé tener operativa la primera fase del megapuerto que construye en Nador, ahora en el Mediterráneo.
La inversión, según publica el periódico EuropaSur, está impulsada por el Estado marroquí y es de 730 millones de euros en unos terrenos que se están ganando al mar y que acogerán un dique principal de 4.200 metros, un muelle de 1.440 metros de longitud, una plataforma logística de 60 hectáreas y equipamiento moderno capaz de movilizar hasta 3,5 millones de contenedores al año, con capacidad de ampliación.
Y, además de los contenedores, el puerto dispondrá de terminales para hidrocarburos y carbón.
Situado a 175 millas náuticas de Cartagena, lo que representan unas ocho horas de navegación a una velocidad de 22 nudos (y unas ocho horas también para el transporte de un contenedor por carretera y el ferry de Almería), el de Nador será otro importante escollo al desarrollo del puerto de Cartagena al ofrecer unos costes laborales y operativos muy inferiores a los europeos, además de estar exento de cumplir toda la normativa comunitaria sobre emisiones contaminantes (Reglamento ETS).