
La Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), la más progresista de las distintas asociaciones que representan el sector, ha recordado hoy, en vísperas del debate en el Congreso sobre la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, que los datos de su Observatorio del Trabajo Autónomo muestran un respaldo claro a la medida. Según los resultados de la encuesta realizada a 800 trabajadoras y trabajadores por cuenta propia, el 79% de los autónomos aseguraba no estar en contra de la iniciativa. Como detalla María José Landaburu, secretaria general de UATAE, “un 73% afirmaba que no les afectaba en absoluto y un 6% consideraba que incluso podría beneficiarles”.
Para UATAE, estos datos desmontan la utilización política del conjunto del colectivo como argumento en contra de la medida. Landaburu, destaca que, “los autónomos viven de su propio esfuerzo, sin empleados en la mayoría de los casos, lo que de verdad les lastra es la abusividad horaria de las grandes superficies que operan sin límites”. Actualmente el 14,1% de los autónomos tiene asalariados. De los autónomos con asalariados, el 52,9% solo disponen de un asalariado. El 35,9% tienen entre dos y cuatro empleados, y con cinco o más asalariados el porcentaje es del 11,2%. Por tanto, “lo que sí preocupa al colectivo son los alquileres abusivos de locales, la brecha de protección social o la falta de derechos en equiparación con las y los asalariados, como en el subsidio de mayores de 52 años”, arguye Landaburu.
En este sentido, UATAE insiste en que la reducción de la jornada laboral no debe entenderse como un obstáculo para los autónomos, sino como una mejora para millones de trabajadores y como una palanca para avanzar hacia un modelo laboral más productivo donde las personas puedan disponer de tiempo para seguir viviendo sus vidas”. Al mismo tiempo, la Organización reclama que se abran espacios de diálogo en torno a las reformas que sí resultan determinantes para el futuro inmediato de las y los trabajadores por cuenta propia. “El foco no debería ponerse en las y los autónomos como excusa para frenar la reducción de jornada, sino en cómo dotarles de un marco que deje de situarles en la precariedad y les permita crecer con derechos”, concluye Landaburu.