Un asunto de genitales, en principio

Hace unos días, el ministerio de Igualdad lanzaba una campaña con un slogan inesperado: 'Por huevos'. Entre los amplios objetivos de esta acción de comunicación figuran sic “que la sociedad cambie qué significa realmente hoy en día tener huevos, amén de 'abrir las identidades y generar un debate sobre la identidad masculina'".

Se añade que "esa identidad masculina no puede estar incapacitada por roles tradicionales de género que muchas veces impiden que toda la complejidad de una identidad que se ha ido construyendo a lo largo del tiempo pueda expresarse".

Yo me figuro a algún asistente a la rueda de prensa no inmerso en toda esta problemática y creo que cuando acabara se ingresaría en el Gregorio Marañón o, alternativamente, en la Fundación Jiménez Diaz.

Terrible, nada que decir. Todo un conglomerado de frases hechas, llamadas a abrir las identidades y a salir del paso cuando no ha podido, la sra. ministra, llevar al Congreso la Ley de Prostitución por no colisionar, dicho de aquella manera, con el asunto Ábalos; ni la Ley sobre la trata sexual.

Bien.

La tirada del asunto está en 100.000 euros, por ahora. Esto sería lo de menos, fíjense cómo estará la cosa, si no fuera porque este contrato se inserta en un objetivo de carácter más ambicioso sin duda, que es acabar con la testosterona léxica así, literalmente.

Realmente creo que nos observan desde un mirador que no sabemos dónde está, ni el horizonte que divisa.

Hombre, que hay cantidad de cafres que tienen esto de los huevos como si fuera un atributo sobrenatural que les permite comportarse como animales, es cierto.

Pero una inmensa mayoría no visualizada por ese ministerio, no es así.  Por eso creo que tanto ella, la ministra y el sursun corda están desenfocados o más exactamente se han focalizado en la parroquia, con un halo desenfadado, happy y previsiblemente disruptivo que hemos pagado todos, por sus huevos.

No es cuestión de tener un par o tres, es cuestión de vestirse por los pies. Que, aunque suene ranciamente clásico todo el mundo, o casi, lo entiende.

Es casi gratis, y no falla.

Linkedin: Francisco Martínez Ruiz