
La aplicación de la Ley del Deporte de 1990 obligó a la mayoría de los clubes profesionales de fútbol a convertirse en sociedades anónimas; aunque lo harían con el 'apellido' de deportivas (SAD). Es decir, serían empresas controladas por accionistas, quedando únicamente bajo el sistema anterior cuatro entidades: Real Madrid, Osasuna, Barcelona y Athletic de Bilbao. Son los únicos supervivientes al 'nuevo' (¡han pasado 35 años!) modelo de gestión económica.
Tras la aprobación de esta ley que pretendía reforzar la profesionalización de las entidades y las ligas, y con el fin de garantizar la solvencia de los clubes de fútbol de primera y segunda división, solo se salvarían de esta obligación los equipos que presentaran unas cuentas con un saldo positivo en los últimos cinco años, así como una gestión económica sólida y sin deudas graves, postulando al Real Madrid como uno de los principales beneficiados de esta medida económica por su transparencia y pulcritud socioeconómica en los últimos años.
Entre 1990 y 1992, clubes históricos como Atlético de Madrid, Valencia, Real Betis, Sevilla, Real Sociedad, Sporting de Gijón, Real Zaragoza y Deportivo de La Coruña completaron su transformación. En los años siguientes, se sumaron equipos como RCD Espanyol, Celta de Vigo, Málaga CF, Real Valladolid, CD Tenerife y Mallorca, extendiéndose también a la mayoría de los clubes de Segunda División.
Desde la llegada de Ramón Calderón a la presidencia del club capitalino (2006-2009) y posteriormente con Florentino Pérez (2009- actualidad), el modelo de gestión del Real Madrid ha sido especialmente exitoso, manteniéndose en el mercado de forma sostenible logrando incluso convertirse en el primer club en alcanzar los mil millones en ingresos operativos al final de la temporada como apuntaba el medio oficial del club en septiembre del año 2024.
Como si fuera una empresa al uso, el nuevo Santiago Bernabéu se presenta como la principal arma de los merengues para diversificar el negocio e incrementar sus ingresos, con un proyecto estratégico a la altura de otras grandes infraestructuras y del que se esperan ingresos millonarios que permitirán al club blanco mantenerse con el modelo de socios actual.
En resumen, la previsión es que el Real Madrid mantenga esta estructura a través de la diversificación y el nuevo estadio, convirtiendo al club blanco en un hub de entretenimiento global con el que pretende incrementar sus ingresos de los actuales mil millones a firmar una facturación de entre 1.500 y 2.000 millones anuales. Con estos números, y si fuera una sociedad anónima, el equipo entraría (o se acercaría) en el top 100 de mayores empresas españolas por volumen de ventas.