
El sector agroalimentario español mantiene un tono expansivo en 2025, favorecido por la mejora de las condiciones meteorológicas, la contención de los costes de producción y el aumento de la demanda. Todo ello se traduce en un gradual incremento de la producción y de las exportaciones, que ya han recuperado los niveles prepandemia, así como en un mercado laboral más dinámico, con generación de empleo y reducción de la temporalidad. Las perspectivas para los próximos trimestres son positivas, aunque persisten retos de gran relevancia, como el aumento de los aranceles con Estados Unidos o el creciente impacto de fenómenos climáticos extremos como inundaciones, sequías e incendios.
Según el último análisis realizado por CaixaBank Research, En la primera mitad de 2025, el sector primario creció un 2,7% interanual, un ritmo dinámico similar al del conjunto de la economía (2,8%), que se suma al buen registro de 2024 (8,3%). Con este avance, el valor añadido bruto (VAB) del sector se sitúa prácticamente en los niveles de 2019, aunque aún se mantiene un 5% por debajo del máximo alcanzado en 2021, con lo que no puede darse por superado el bache del periodo 2022-2023, marcado por el repunte de los costes de producción como consecuencia de la guerra en Ucrania y por la grave sequía que afectó a gran parte del territorio. Además, a pesar del crecimiento registrado en los últimos trimestres, el mayor dinamismo del conjunto de la economía española conlleva que el peso del sector primario todavía no haya recuperado los registros prepandemia. En la primera mitad del año, su peso permanece en torno al 2,7% de la economía española, cuando en el periodo prepandemia se situaba en torno al 3,0%.
Recuperación desigual entre producción vegetal y animal
Producción vegetal y animal están presentando, en cambio, una recuperación desigual. La producción vegetal anotó un crecimiento muy dinámico (+18,8% en volumen, dejando atrás las caídas de 2022 y 2023) y bastante generalizado entre cultivos, según las cuentas agrarias del ministerio de Agricultura correspondientes a 2024, que permiten conocer la evolución concreta de las diferentes producciones agrarias. Entre ellos, destaca la fuerte recuperación de la producción de cereales y de aceite de oliva (especialmente perjudicadas en años anteriores a causa de la sequía persistente). Sin embargo, el descenso de los precios ha limitado las mejoras en términos de valor, especialmente en el caso de las hortalizas (–7,0% en valor) y, en menor medida, las frutas (1,6%), las dos mayores producciones agrarias del sector español (35% del total).
En cuanto a la producción animal, sobresale el aumento de la producción de carne de bovino y de aves, tanto en cantidad como, sobre todo, en valor. En cambio, el descenso del precio del porcino, principal producción animal española, hace que el valor de la producción animal en 2024 haya retrocedido levemente (–0,8%).
Rendimientos al alza, excepto en los cítricos
Según la encuesta de superficies y rendimiento de cultivos (ESYRCE) que elabora Agricultura, se prevé que la producción agraria mantenga una tendencia positiva en 2025, aunque con diferencias importantes entre cultivos. Destacan positivamente los cereales de secano (excepto el maíz), las leguminosas de grano, la aceituna de almazara y la uva de transformación, ya que las expectativas son de mayor rendimiento que el año pasado y por encima de la media de los últimos cinco años.
El mayor rendimiento responde a las mejores condiciones meteorológicas y supone una reactivación frente a las malas cosechas de 2022-2023. Por el contrario, destaca un menor rendimiento en el caso de los frutales cítricos, tanto del naranjo como del limonero, y de las hortalizas, afectados por las consecuencias de la DANA en la Comunidad Valenciana y Murcia a finales de 2024, ya que concentran el 65% de la superficie dedicada al cultivo de cítricos en el país.
Los costes de producción se estabilizan (con matices)
El informe del centro de estudios de CaixaBank destaca que los costes de producción se han estabilizado un 20% por encima de los niveles previos a la guerra en Ucrania, mientras que fertilizantes y piensos incluso han repuntado en 2025. La evolución de los costes de producción fue muy favorable para el sector en 2024, si bien la mejora ha sido menos intensa en los meses más recientes. Así, los precios pagados por los agricultores se redujeron un 9,5% en 2024 y un 1,6% interanual adicional entre enero y abril de 2025, y ya se sitúan un 20,3% por debajo de los máximos de mediados de 2022. A pesar de esta notable mejora, cabe recordar que el incremento entre enero de 2021 y agosto de 2022 fue de cerca del 50%, por lo que dichos costes todavía se encuentran en torno a un 20% por encima de los registros de antes del estallido de la guerra en Ucrania (el IPC general se encuentra un 18% por encima de los niveles de mediados de 2021).